Los 'miura' corren un encierro rápido y limpio

La manada de Miura corrió ayer un encierro muy bonito, peligroso por los miles de mozos que se congregaron en el recorrido y limpio en cuanto a cornadas. Tres personas tuvieron que ser atendidas a causa de contusiones varias en buena parte debidas a tropiezos y caídas. Los miura son ya el condimento habitual para el domingo sanferminero. Sus cualidades gregarias, enorme tamaño y escaso interés por los corredores son las razones que los organizadores eligen para evitar que las calles de Pamplona se conviertan en una sangría.

Los astados salieron rápidos y muy agrupados. Un cornúpeta negro se adelantó a la manada durante la cuesta de Santo Domingo y fue el único que lanzó derrotes hacia su costado. Llegó a pararse y embistió con dureza a un joven, golpeándole con la testuz y sin provocarle daños. El toro quedó rezagado y fue absorbido por los mansos. Los otros, a la carrera, se quedaron solos en la cabeza y protagonizaron una de las más preciosas estampas sanfermineras, con cinco animales sin cabestros atravesando a toda velocidad la plaza del Ayuntamiento y Mercaderes.

En la curva de Mercaderes y Estafeta, la torada no perdió pie y enfiló la calle absorbida por los corredores. El último de los astados, rezagado desde Santo Domingo, enfiló con los cabestros este tramo y resbaló a la salida de la curva. Los mozos pudieron encontrar pequeños espacios entre la masa y llevaron perfectamente a los toros hacia el coso, generando esas carreras largas y profundas, delante de la manada, que se fue separando en el tramo final de Estafeta.

El grupo entró en el coso sin que se viesen montones en el callejón, algo habitual de los domingos de San Fermín, y entraron limpiamente en los toriles, mientras el rezagado remoloneó más y entró en los corrales sin causar daños.

De los tres heridos atendidos, dos se produjeron en el tramo de Mercaderes. La joven Ángela Manteca, de 20 años, sufrió diversas contusiones, mientras que un hombre fue atendido por una herida en la frente, y el norteamericano Hans Hurt, de 24 años, sufrió una luxación en el hombro.