La mala costumbre de Kimi
A Kimi Raikkonen se le están complicando las cosas de forma increíble. A sus 25 años de edad, no sólo ve cómo en cada carrera que pasa se le va escapando una nueva posibilidad de ser campeón mundial, sino que también puede comprobar cómo las estadísticas van concediendo más gloria a Fernando Alonso y menos a él. Aunque en el mundo anglosajón se cree que es mejor piloto que el español, Alonso, de 23 años, lleva, por el momento, seis triunfos, uno más que él, y siete poles por seis.
Por un problema u otro, desde que fichó por McLaren Mercedes, en 2002, Raikkonen nunca ha conseguido dar lo mejor de sí mismo. Sumó 24 puntos en su primera temporada; 91 en la segunda, en la que acabó subcampeón, y 45 el curso pasado, en el que acabó el séptimo.
En 2004 comenzó fatal, con constantes roturas del motor, pero acabó viendo la luz con una victoria en Spa-Francorchamps y con la ilusión puesta en 2005.
Pero este año los problemas se le acumulan. Tiene el coche más veloz del campeonato, pero no el más fiable; en Australia fue uno de los perjudicados por la lluvia en la cronometrada y no puntuó; en Malaisia desllantó un neumático y acabó el noveno; en San Marino era líder tras diez vueltas cuando rompió la transmisión; en Nürburgring había dominado toda la carrera, pero en la última vuelta rompió la suspensión delantera; en Estados Unidos no corrió como el resto de pilotos de Michelin, y en Francia y Gran Bretaña rompió el motor en los entrenamientos y fue penalizado con diez posiciones en la parrilla. Todas estas circunstancias han sido aprovechadas a fondo por Alonso, que ya lleva cinco victorias esta temporada.
"Estoy empezando a acostumbrarme a todo eso", dijo ayer Raikkonen; "en la carrera puede ocurrir todo, como demostramos ya en Magny Cours. Haremos todo lo que podamos". Norbert Haug, máximo responsable de competicón de Mercedes, le dio sus disculpas.
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