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Reportaje:TOUR 2005

La 'lavadora' de Armstrong

El norteamericano es el ciclista que a más controles antidopaje se somete

Carlos Arribas

Oficialmente, la persona del mundo ciclista que más entiende de métodos de detección del dopaje es el suizo Mario Zorzoli, el especialista en la materia de la Unión Ciclista Internacional (UCI). Pero tal afirmación admite reparos. Para muchos, quien más sabe del asunto, y con diferencia, es el mejor ciclista del mundo, Lance Armstrong. Y por una sencilla razón: es el corredor, quizás el deportista, que a más controles se somete a lo largo del año. El último, el viernes pasado, víspera del inicio del Tour, ordenado por la Agencia Francesa Antidopaje (AFA).

"No ha habido mes este año en que algún inspector antidopaje no se haya pasado por su casa de Girona", dicen en el Discovery Channel, su equipo. "Un día son los de la UCI, otro los de la AMA... Pero Armstrong lo acepta con absoluta normalidad, como una parte más de las tareas de todo número uno".

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Así que los que digan lo contrario, que se callen. Dijeron lo contrario el sábado muchas personas, cuando, según el diario L'Équipe, corrió el rumor de que el norteamericano había pasado un nuevo control y que el resultado había sido positivo. También dijeron que, muy enfadado, Armstrong había enviado a los inspectores a donde amargan los pepinos. "Todo mentira", siguen diciendo en su equipo. "Todo. Primero: el sábado no pasó un nuevo control. Segundo: el viernes los inspectores llegaron justo después de que Lance regresara de entrenarse, después de que su Sheryl Crow le cortara el pelo y cuando estaba dándose una ducha. Llegaron y les ofrecimos un café explicándoles que como se estaba duchando quizás tardaría un poco en tener ganas de orinar. Se tomaron el café en la caravana, en el jardín del hotel, donde también estaba puesta la mesa para que comiera Lance. Se duchó, orinó, le tomaron un par de frascos de sangre y se fueron. Eso fue todo".

Pero el gran número de controles a que se somete no es la única razón por la que Armstrong puede ser considerado un entendido de los métodos de detección del doping. El norteamericano también se suma a la causa colaborando económicamente con la UCI, según reveló recientemente Hein Verbruggen, el máximo mandatario del ciclismo mundial. "Armstrong nos ha dado dinero para comparar una máquina Sysmex", dijo Verbruggen. La Sysmex, conocida en el argot del pelotón como la lavadora es la Rolls Royce de los laboratorios, vale unos 500.000 euros y es el objeto de deseo de todos los equipos del pelotón.

"La Sysmex puede analizar 50 muestras de sangre a la hora", explica Félix Gómez Gallego, investigador del laboratorio de Biomedicina de la Universidad Europea de Madrid. "Utiliza la tecnología de citometría de flujo y en poco más de un minuto mide 14 valores hemáticos, entre ellos el hematocrito, la hemoglobina y los reticulocitos". Este triduo es la piedra angular de la ecuación australiana, el método de filtrado que utiliza UCI para quedarse con los ciclistas sospechosos de doparse con EPO. Con esa ecuación se tiene la certidumbre de que un deportista usa EPO, pero no la prueba, que sólo llega con un análisis de orina caro y lento. Por eso, con los datos de la Sysmex en la mano, Zorzoli pudo afirmar recientemente que en este Tour hay un 10% de sospechosos de doparse con EPO. Pero ningún positivo.

Hace unas semanas, el Liberty Seguros despidió al médico, Alberto Garai, como consecuencia del hematocrito elevado de Isidro Nozal y Nuno Ribeiro. "Sus análisis daban una cifra y los de la UCI otros", se justificaron en el equipo. "Así que el que se equivocaba era él". O su máquina. Quizás si el Liberty hubiera hecho como el Phonak, comprarse una Sysmex, Garai aún tendría trabajo. En el Phonak, con la Sysmex analizan sistemáticamente cada dos semanas a todos sus corredores. Cuando sus valores están por encima de la norma, les decretan un descanso obligatorio, como hicieron recientemente con Santos González y José Enrique Gutiérrez. La sanción privada, de la que no dan noticia oficial, sustituye, así, a la pública. Y al escarnio que lleva aparejada.

Félix Gómez, profesor de la Universidad Europea de Madrid, usando el analizador analógico.
Félix Gómez, profesor de la Universidad Europea de Madrid, usando el analizador analógico.GORKA LEJARCEGI

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Sobre la firma

Carlos Arribas
Periodista de EL PAÍS desde 1990. Cubre regularmente los Juegos Olímpicos, las principales competiciones de ciclismo y atletismo y las noticias de dopaje.

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