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Entrevista:LUIS DE GUINDOS | MIEMBRO DEL CONSEJO ASESOR PARA EUROPA DE LEHMAN BROTHERS | LOS EXPERTOS RESPONDEN

"El euro débil agrava la subida del crudo"

(1) La debilidad en el crecimiento de algunas economías centrales de la eurozona es uno de los factores que explica la depreciación del 10% del euro a lo largo de este año frente al dólar. La eurozona va a alcanzar un crecimiento en 2005 inferior al del año anterior, y muy por debajo del de EE UU. Esta ampliación del diferencial de crecimiento a favor de EE UU y la expectativa de que la Reserva Federal continúe con la subida de tipos de interés hasta niveles próximos al 4% a finales de año, mientras que en Europa se espera un mantenimiento o incluso reducción, son los dos elementos que están impulsando la debilidad del euro respecto al dólar. Y ello, a pesar del abultado déficit exterior norteamericano, que exige para su corrección una depreciación del tipo de cambio efectivo de su moneda. -

Los rechazos de Francia y Holanda a la Constitución han generado dudas sobre el marco institucional de la UE
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La supuesta debilidad del euro

(2) A lo largo de 2004 la apreciación del euro frente al dólar moderó el impacto del encarecimiento del petróleo en Europa, actuando a modo de escudo protector. Por el contrario, en este ejercicio la depreciación del euro amplifica el efecto de la subida del precio del petróleo. Dicha combinación tiene sin duda un impacto negativo tanto en inflación como en crecimiento en la eurozona, que ya es perceptible en los datos que se van teniendo disponibles y en los indicadores adelantados de actividad. En 2005 el crecimiento económico de la eurozona no superará en mucho el 1% y veremos una cierta aceleración de la inflación por encima del 2% en los próximos meses. Pero lo más grave es que dicho impacto negativo se superpone a la incapacidad de la zona euro de mantener tasas de crecimiento próximas a lo que hasta hace poco se consideraba que era su potencial de crecimiento; esto es, entre el 2% y 2,5%. -

(3) Los rechazos de Francia y Holanda a la Constitución europea, y la ausencia de acuerdo en la reciente cumbre europea sobre las perspectivas financieras 2007-2012 han generado dudas sobre el marco institucional de la UE, afectando indirectamente a la cotización de la moneda única. No obstante, no pienso que sean los elementos más significativos para explicar la debilidad reciente de la moneda única. Creo que está teniendo una influencia muy superior la incapacidad europea de crecer de modo sostenido a una tasa aceptable. Esta fragilidad del crecimiento deriva a su vez de una demanda doméstica muy débil lo que en última instancia pone de manifiesto un problema de ausencia de confianza por parte de los consumidores e inversores europeos en la economía europea. Ante esta situación, la única salida es abordar con determinación por parte de los gobiernos las reformas en los mercados de bienes y servicios, y de factores, cuya rigidez está lastrando el comportamiento de la UE.

(4) A pesar de las declaraciones recientes de algunos responsables políticos italianos, el proyecto de la UEM se encuentra asentado sobre bases sólidas y es irreversible. La Unión Monetaria, especialmente para los países periféricos, ha supuesto grandes beneficios en términos de reducción de tipos de interés y de incorporación de estabilidad macroeconómica. Ahora bien, la pertenencia a la UEM impone también obligaciones en términos de disciplina presupuestaria y de mejora del funcionamiento de los mercados de productos y factores para elevar la competitividad de las economías nacionales. En ausencia de dichas reformas el crecimiento económico irá normalmente languideciendo y la nostalgia por la devaluación en aumento. De cualquier modo, la vuelta a la situación de autonomía monetaria previa a la UEM constituiría un planteamiento equivocado en su análisis y con unos costes económicos tan elevados que estoy convencido lo harían absolutamente inaceptable desde una perspectiva política.

(5) El nivel de tipos actualmente vigente en la eurozona es históricamente reducido incluso para los países centrales de la UEM. No creo, por tanto, que la política monetaria haya limitado en absoluto las posibilidades de crecimiento de la eurozona. Por ello, en las circunstancias hoy vigentes de revisión del Pacto de Estabilidad y crecimiento, de elevados déficit públicos en numerosos países de la UEM, de depreciación del euro y de subida del precio del petróleo un movimiento a la baja de los tipos de interés sería difícilmente entendido por los agentes económicos y financieros. No creo que tuviera ningún impacto desde el punto de vista de actividad y se podría interpretar como una cesión ante la presión política de algunos gobiernos, que a su vez son incapaces de poner en marcha las reformas económicas que necesita Europa para recuperar el crecimiento. Por otro lado, una rebaja adicional de tipos desde unos niveles tan reducidos como los actuales podría agravar aún más los problemas de aceleración artificial de los precios de determinados activos, fundamentalmente inmobiliarios, lo cual acabaría afectando a la estabilidad económica y financiera.

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