Vinokúrov, el más temido
Cuando hace un mes Alexander Vinokúrov aceleró como él suele hacerlo a mitad de la subida del Mont Ventoux durante el Dauphiné, Lance Armstrong hizo lo mejor que podía hacer: mirar para otro lado. Hizo lo que había hecho el año anterior con los ataques de Iban Mayo en la misma carrera: ser sabio y no picarse, usar la cabeza. Vinokúrov es de ese tipo de corredores que asustan a Armstrong, es el kazajo quizás el último hombre que le puso nervioso en un Tour.
Fue poco antes de la caída de Beloki. Fue en la etapa de Gap, al día siguiente de la cronoescalada de Alpe d'Huez en 2003. Vinokúrov atacó en una zona de media montaña y Armstrong se quedó detrás en un grupo en el que iba, notablemente, Joseba Beloki. Fue bajando la cota de La Rochelle. Armstrong, nervioso, le exigió a Beloki que se pusiera el primero en la bajada, que acelerara, que Vinokúrov se iba. Tres curvas más tarde, Beloki se fue al suelo, pero Armstrong, milagrosamente, encontró un camino sin piedras, sin baches, en mitad del campo, y se salvó. Vinokúrov ganó la etapa, pero quedó tercero del Tour finalmente.
Al anterior corredor que le había puesto nervioso en una ascensión del Tour, al Roberto Heras de la Joux Plane en 2000, Armstrong lo neutralizó fichándolo para su equipo. Pocos días después de la última exhibición de Vinokúrov en el Ventoux, la prensa francesa hizo público el interés de Armstrong por contratarlo.
Parece evidente que pese a sus progresos en montaña, Vinokúrov es aún inferior a un Armstrong en plenitud, pero este año Armstrong, como Indurain en 1996, no se enfrenta a más que a sí mismo.
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