Un año

Hace un año murió Reagan. No lo sé porque me lo haya recordado alguien sino porque he sacado de la estantería uno de mis diarios y he visto lo que anoté allí por estas fechas. "Murió Reagan, pero en realidad no ha muerto de una sola vez sino que ha muerto a trozos, por etapas, como suelen hacerlo muchos famosos a los que no se les entierra deprisa y corriendo. El pueblo lo incluye en la galería de sus ilustres inmortales. Nadie ha querido recordar los abusos y barbaridades que hizo en 1986. A nadie, ni siquiera en la prensa de su propio país, le interesa hablar de la venta secreta de armas a Irán para que este país atacara a Irak. Tampoco se dice nada del desvío ilegal de fondos para financiar a los sicarios de la contra nicaragüense. Reagan puso fin a la guerra fría. Acabó con el imperio del Mal. Pero con él se inició otra clase de guerras que siguen y van a más". Hace un año, en Sicilia, compré un libro de Italo Calvino con fragmentos de sus diarios. Me interesó lo que registra sobre su propia escritura. Anoté esto: "Calvino dice que los italianos viven en un estado permanente de nerviosismo lingüístico. Como nosotros, tal vez. Es partidario de una escritura breve, concisa, cerrada. Lamenta que los italianos, cuando conversan, no sepan casi nunca acabar la frase. La dejan a mitad, como esperando que alguien les ayude a terminarla".