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Crítica:LA LIDIA | Feria de Alicante
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

La frescura de Tejela

La de Torrealta fue una corrida igualada en lotes de tres. Tan finos como anovillados, primero, segundo y cuarto; más hechos, con mejor remate, el resto. También desigual de cornamenta, sobresaliendo el segundo que lució aparatosas y astifinas defensas. Al conjunto le faltó entrega, aunque a excepción del sexto todos se movieron. El jabonero que hizo quinto fue un gran toro para la muleta. Todos cumplieron en varas, pero se emplearon más y mejor quinto y sexto, aunque éste lo acabaría pagando.

El Cid no encontró su verdadero sitio en ninguno de sus toros. A sus faenas le faltaron reposo y le sobraron prisas. La poca entrega de su primero, el poco acuerdo entre toro y torero, hizo que la cosa no prendiera en ningún momento. Incluso pasó por algún apuro. En el cuarto, que se movió más aunque protestó por el izquierdo, tiró por el camino fácil. Cerca del toreo populista y lejos de su verdadera personalidad. Y con renuncia total a utilizar la mano izquierda.

Torrealta / Cid, Tejela, Capea

Toros de Torrealta, desiguales de presencia y con movilidad; destacó el 5º. El Cid: saludos y oreja. Matías Tejela: silencio y oreja. El Capea: silencio y vuelta. Plaza de Alicante, 20 de junio. 4ª de feria. Media entrada.

Tejela no aclaró sus ideas en el repetidor segundo. Rectificando siempre la posición y perdiendo pasos, se le espesaron las ideas y pasó sus agobios al final. El jabonero quinto fue el toro de la corrida. Gran toro. Le dieron en varas y desarrolló calidad en la muleta. Faena práctica la de Tejela. Su mejor virtud fue la limpieza, pero le faltó sentimiento y le sobraron algunas ventajas, aunque esa labor siempre destiló mucha frescura. Los mejores momentos los firmó con la mano derecha, un desarme puso en peligro el resto de faena. Tejela superó el trance y volvió a subir de nivel un trabajo que gustó mucho a la gente.

Frenado el tercero y forzado El Capea todo resultó demasiado plano. Ni hubo entrega por parte del toro ni decisión final por parte del torero. De pitones acucharados y con muy buen remate, el sexto se gastó mucho en varas y llegó parado a la muleta. Las opciones de El Capea se vinieron abajo muy pronto. La faena quedó convertida en un forcejeo valeroso.

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