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Reportaje:

El paraíso del 'megayate'

La Copa del América reúne en Valencia a algunas de las más lujosas embarcaciones del mundo

Juan Morenilla

El tópico es cierto. La Copa del América, la más prestigiosa prueba de vela del mundo, es un nido de lujo, negocio y dinero. Valencia acoge este mes las regatas previas a la competición, que se celebrará en 2007, y su puerto reúne a megayates llenos de glamour que despiertan la admiración y envidia de los visitantes.

Los invitados del BMW Oracle, el poderoso grupo estadounidense, se alojan en el Zurga Piraeus, un yate de 48 metros de longitud con todos los lujos para sus 14 huéspedes. El equipo americano visitó Valencia en septiembre de 2004 a bordo del Christina Onassis, con sus cuatro terrazas, la habitación principal de 220 metros cuadrados y los taburetes del bar forrados de piel de pene de ballena. Una semana en su interior, rodeado de cuadros de Renoir y fotos de Frank Sinatra, cuesta medio millón de euros.

A ambos lados del pantalán, los yates se acumulan. Como el Anglaterre II, de 42 metros y cinco salones. ¿Quiere visitarlo? Cuesta 8.500 euros por semana. O el Mystic W, de 39 metros, y el Midnight, de 37, ambos privados. Claro que la estrella es el Rising Sun (Sol Naciente), del magnate Larry Ellison, dueño de Oracle, un hotel de cinco estrellas flotante de 138 metros de longitud, amarrado lejos del público y que paga 7.000 euros por su estancia. Cuando fue construido medía 20 metros menos, pero Ellison lo alargó para superar al Octopus, de 126, de Paul Allen, socio de Bill Gates. Ayer, los invitados jugaban a baloncesto en una de sus cubiertas mientras una lancha rodeaba el barco por si la pelota caía al mar.

Los caprichos son comunes en un mundo asociado a la imagen, y que siempre ha cautivado a famosos y a millonarios. Grace Kelly, Cary Grant, Richard Burton, Elizabeth Taylor, Aristóteles Onassis... todos sucumbieron al lujo de un yate. La tenista modelo Anna Kournikova inauguró las regatas en Valencia, las fiestas para vips se repiten todas las noches y han llegado a la ciudad los directores de las 32 agencias de turismo más importantes del mundo.

El negocio no para. Un grupo farmacéutico ha alquilado un catamarán por 13.000 euros, y otro de iluminación un barco para sus empleados por 9.000 diarios. Una embarcación para ocho personas cuesta 5.000 euros por día. Así que no se extrañen si por el reloj de lujo del Alinghi les piden 19.000 euros.

El yate <i>Rising Sun,</i> anclado en el puerto de Valencia.
El yate Rising Sun, anclado en el puerto de Valencia.SANTIAGO CARREGUI

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Sobre la firma

Juan Morenilla
Es redactor en la sección de Deportes. Estudió Comunicación Audiovisual. Trabajó en la delegación de EL PAÍS en Valencia entre 2000 y 2007. Desde entonces, en Madrid. Además de Deportes, también ha trabajado en la edición de América de EL PAÍS.

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