Emigrantes de la vela

Un trocito de la Copa del América será española en 2007. Ocurra lo que ocurra con el barco Desafío Español. Será gracias a la participación de una decena de españoles en seis de los once barcos extranjeros que compiten en Valencia. Siempre es un pequeño consuelo saber que el triunfador contaba con ayuda española. Ya ocurrió hace dos años en Nueva Zelanda. El barco ganador, Alinghi, tenía en nómina a dos españoles, Juan Vila y Manolo Ruiz de Elvira. Cierto es que el glorioso equipo suizo lo formaban unas 90 personas procedentes de 12 países. Ruiz de Elvira y Vila ya están en Valencia con el Alinghi, listos para las regatas previas que comienzan mañana jueves. Uno es ingeniero naval y el otro ingeniero de caminos. Paradójicamente, el que se queda en tierra es el naval y el que navega es el de caminos.

Vila (Barcelona, 1961) es navegante. Así se llama su posición en el barco, en el centro de la cubierta, junto a la caña. Su misión es una de las básicas en cualquier tripulación de grandes barcos. Con un ordenador portátil, se encarga de cotejar los datos de fuerza y dirección de los vientos, las corrientes marítimas, la velocidad, la escora..., que le van llegando en tiempo real durante la regata y, además, comparar con la posición del barco contrincante. Millones de datos para tomar decisiones en segundos.

Ruiz de Elvira (Barcelona, 1961) es una de las 15 personas que diseñan el nuevo Alinghi, que no se verá hasta 2006. Mientras ahora la tripulación puede relajarse, sus compañeros de estudio y él van a tope. Están perfilando el barco de 2007. "Acabamos de regresar de Canadá, donde hacemos las pruebas de canal".

Para la edición valenciana el equipo suizo se ha reforzado con otro español, Jordi Calafat (Barcelona, 1968), campeón olímpico. Calafat es el táctico del barco, el que mira qué hace el rival y le dice al patrón qué rumbo tomar. Como el Alinghi juega con dos tripulaciones completas, Calafat deberá ganarse el puesto de titular.

Tampoco navegará Joan Messeguer (Valencia, 1970), una de las tres personas del barco norteamericano Oracle. Messeguer se dedica al análisis de las velas antes de que se fabriquen. Coge su ordenador, su programa informático sobre dinámica de fluidos, mete datos de los vientos de Valencia y decide la mejor mezcla de fibras para que las velas que le fabriquen a Oracle sean las óptimas para un día y un viento concreto de regata. Sólo de una de las velas, la génova por ejemplo, se embarcan hasta seis tipos.

Si a Messeguer le ficharon para quedarse en su propia tierra, todo lo contrario le ocurrió a Marcelino Botín (Santander, 1963), responsable del diseño del barco Emirates Team New Zealand. Desde hace un año vive en Auckland, inventando el barco que devuelva la copa a Nueva Zelanda, donde sus ciudadanos acostumbran a fabricarse su primer velero con sus propias manos. "Lo más sorprendente", explica Botín, "es el apoyo del país, que sientes continuamente. Es increíble la cantidad de material que consigues gratis por ser para el New Zealand. Por otra parte, es una gran responsabilidad: quieren ganar".

Licenciado en arquitectura naval en Southampton Institute, el prestigio de Botín se construyó con barcos de 52 pies de eslora (frente a los 72 de los de la Copa del América), como el Zurich o el Banco Spirito. Botín forma parte de un equipo de 25 diseñadores del New Zealand: "Concretamente, me dedico al diseño de los cascos".

Del mismo Southampton sale Ignacio Hilla Sevilla (Murcia, 1968), especializado en el diseño estructural y los cálculos de estabilidad. Ha trabajado en Antibes (Francia), pero es un equipo italiano, el potentado Luna Rossa, quien ha confiado en él pese a su inexperiencia. En Milán dibuja su barco de ensueño: "Esto es como la Fórmula 1. El equipo de constructores y mecánicos no acaba hasta que se acaba la prueba. A nosotros nos faltan dos años, pero ya tenemos días de estrés".

Luna Rossa ha contratado a otro español, el tripulante Nacho Braquehais (Valencia, 1969). Cada uno de los tres barcos italianos tiene algún español. El +39 ha incorporado a Rafael Trujillo (Línea de la Concepción, 1975), subcampeón olímpico en Atenas: "Esto es casi otro deporte. En la vela olímpica tomas todas las decisiones tú solo o con tu compañero. Aquí somos 17. Lo más importante, lo más difícil, es la relación de equipo. El primer problema es la comunicación. Hay que tomar las decisiones con la misma rapidez, pero coordinándose 17 personas". El tercer barco italiano, el Mascalzone, ha fichado al regatista Nacho Postigo (Santander, 1969).

La plantilla de españoles en barcos extranjeros se completa con Joan Pau Guilera (Barcelona, 1979), también ingeniero técnico naval. Así que en este país de lobos de mar, de miles de kilómetros de costa y unos cuantos títulos mundiales y olímpicos, los barcos extranjeros de la Copa del América se pelean por contratar a españoles ingenieros, arquitectos navales y especialistas en interpretación de software sobre dinámica de fluidos. Definitivamente, los vientos están cambiando.