_
_
_
_
Entrevista:Pep Guardiola | Ex futbolista del Al-Alhi (Qatar) condenado por dopaje

"La justicia italiana no me puede mirar a los ojos"

Pep Guardiola, (Santpedor, Barcelona; 1971) ha terminado su contrato con el Al-Alhi, equipo pequeño de una Liga menor, la de Qatar, y antes de irse de vacaciones, a la espera de una oferta para seguir jugando al fútbol, pasó por Barcelona para la boda de su hermano Pere. Llegado al Camp Nou, se reencontró con una realidad ya conocida: el título de Liga no ha atemperado la capacidad del Barça para enredarse en conflictos de cualquier tipo. Tampoco disminuye la presión de la justicia ordinaria italiana sobre Guardiola, al que, según su última sentencia, ha sancionado como culpable de dopaje involuntario por nandrolona. A su condena de siete meses de prisión, sin ingresar en ella, ha respondido él con la determinación de que no parará hasta demostrar legalmente su inocencia.

"La agencia mundial antidopaje ha recomendado revisar los positivos entre dos y diez nanogramos de nandrolona porque generan dudas"
"No les interesa lo más mínimo descubrir qué ha pasado ni saber la verdad. Les basta con tener un culpable. Es suficiente"

Pregunta. ¿Recuerda cómo empezó su pesadilla?

Respuesta. Estaba practicando el lanzamiento de faltas en el campo de entrenamiento del Brescia y vi al médico del equipo hablar con el entrenador, Carletto Mazzone. Ambos se acercaron con cara apesadumbrada, como si se hubiera muerto alguien muy próximo, y me lo comunicaron. Mi móvil ya estaba lleno de mensajes de amigos. Todo el mundo sabía por Internet que había dado positivo en un control antidopaje y también que ya había sido sancionado.

P. Desde entonces, usted ha proclamado su inocencia. Pero, cuatro años más tarde, no sólo no ha demostrado tener razón, sino que se suceden las sanciones.

R. A lo peor no lo consigo nunca, pero el único que sabe la verdad soy yo y hasta hace tres semanas no pude defenderla. Ocurre, eso sí, que con el tiempo la sensación de que todo este asunto es ridículo ha ido en aumento.

P. ¿Por qué?

R. Por la falta de oportunidades para defenderme. Fui culpable y me sancionaron mucho antes de que yo pudiera defenderme. A los hechos me remito: en cuatro años me citaron un día ante el tribunal deportivo de Roma y sólo me preguntaron si me consideraba culpable. Les dije que no y les pedí que me ayudaran a saber por qué en mi orina habían aparecido los malditos nanogramos de nandrolona. Hace tres semanas comparecí ante la justicia penal. Y lo mismo. No les interesa lo más mínimo descubrir qué ha pasado ni saber la verdad. En Italia les basta con tener un culpable, es suficiente.

P. ¿Quiere decir que se ha sentido víctima de una persecución?

R. No. Pasaba por ahí, era un futbolista catalán en un equipo menor y me tocó, como les ocurrió a Stam, a Davids... Pero no caigo en el error de pensar que el mundo está en mi contra. Lo malo es que en cuatro años sólo he podido defenderme una vez, hace unas semanas, en un juicio penal, y... ¿sabe qué? El fiscal declinó hacerme ninguna pregunta y el juez, que no era juez, que era un abogado porque sabe mucho de leyes, ni me miró a los ojos. A mí la justicia italiana ni me escucha ni me mira a los ojos; no puede hacerlo. Tampoco ha valorado la aportación de mi defensa porque ni les interesa saber la verdad ni la escucha.

P. El caso es que, a efectos legales, usted dio positivo.

R. Hay una evidencia que empieza y acaba en definir qué es dopaje. Se entiende que se trata del consumo de una sustancia prohibida con intención de mejorar el rendimiento de un atleta en una competición deportiva. Entonces, yo pregunto: con los niveles que he dado [entre cuatro y seis], ¿puede considerarse dopaje? Y ellos saben de leyes y de normas, pero no saben de medicina, de anabolizantes, de aspectrometría de masas... Es una cuestión científica. Yo pedí consejo a entendidos y escuchamos su voz en el juicio.

P. ¿A qué entendidos?

R. A endocrinólogos, que son los que estudian los anabolizantes, como la nandrolona. Son médicos anónimos que se dedican a estar en sus laboratorios rodeados de probetas. Me los llevé ante el juez. Y el juez les preguntó si con los niveles de nandrolona que habían aparecido en mis análisis de orina se mejoraban las prestaciones de un deportista. Tajantemente, el endocrinólogo respondió: "Es imposible". Porque es ridículo. Tan ridículo como pensar que en 100 litros de agua tiras una cucharilla de azúcar y sabe dulce. Y menos de una manera episódica: o consumes habitualmente o no mejoras. Y, es verdad, dí positivo, pero dudo hasta de los análisis.

P. ¿En qué se basa?

R. El laboratorio que dijo detectar mi positivo se cerró en 1999 por serias irregularidades. Encontraron cocaína y el COI le retiró la acreditación como centro oficial de analítica. Una vez obtuvieron el permiso para reabrirlo. Debía demostrar su capacidad. Es como cuando se traspasa un restaurante: el cocinero que viene debe ganarse a los clientes a base de su buen hacer. Bueno, pues este laboratorio se ganó el respeto a golpe de positivos, todos por nandrolona. De sustancias dopantes hay más de doscientas, y algunas de efecto inmediato y probado incremento del rendimiento del atleta. Ben Johnson, por ejemplo, dio positivo por una dosis 2.000 veces superior a la mía. Fuimos varios futbolistas los que dimos positivo, y todos por nandrolona. Es curioso. Además, nadie me ha respondido a la pregunta de qué ganaba yo dopándome en Italia.

P. Reivindicarse como jugador.

R. He pasado quizás doscientos controles de orina. En España, en Mundiales, en Copas de Europa... He jugado en el Barça, en uno de los equipos más grandes de la historia del fútbol; he competido contra el Madrid, el Milan o el Liverpool... Nunca di positivo. Hasta que llegué con el Brescia al campo del Piacenza, un domingo a la tres de la tarde, y a las cinco di positivo por consumo de nandrolona. ¿Cree que era necesario que me dopara para que el Brescia ganara por 1-0 el partido con el Piacenza? Conmigo se han pasado tres pueblos en Italia, y lo saben.

P. La ley es la ley.

R. La ley dice que, si en tu casa encuentran un cadáver y en tu mesita de noche descubren una pistola con tus huellas digitales, eres culpable. Pero luego resulta que la pistola es de agua y... lo han matado a navajazos. Bajo esos parámetros legales me siento juzgado.

P. Usted consumía diferentes productos farmacológicos.

R. Consumía lo mismo en España que en Italia. La única diferencia es que en Italia comía mejor pasta y bebía mejor café. Yo tomaba unos complementos nutricionales: fructosa, glucosa y aceites de pez. Analizados en cuatro laboratorios de Alemania, Italia, Francia y España, resultaron limpios. Ojalá hubieran dado restos de nandrolona. Pero es que yo pasé pruebas de EXSA que me dieron la razón días después de conocerse el positivo. Son unos controles en unas máquinas que en un 98,6% demuestran si te has dopado o no. Me las hice en Italia dos semanas después del análisis de orina y... ¡cero! Lo más grave es que la semana pasada, en la página web de la AMA, la agencia mundial antidopaje, se recomendaba revisar los positivos entre dos y diez nanogramos en consumo de nandrolona [él estaría en este apartado] porque generan dudas sobre si pueden ser considerados como dopaje. Tal argumento me llena de razón. ¿Se creen que al juez italiano le importa? Pues a mí, sí. Quiero llegar un día a Santpedor y enseñarle a mi madre una carta en la que me digan: "Lo siento, usted no se dopó ni involuntariamente porque aquello no es dopaje". Y después, celebrarlo.

P. ¿Cuánto pagaría por eso?

R. Estoy pagando. Se ha destrozado mi imagen como deportista. Afortunadamente, me puedo gastar el dinero que me gasto porque me lo gano jugando al fútbol. Si a la justicia italiana le da igual saber la verdad, a mí no. Le repito que el fiscal rehuyó hacerme preguntas en el juicio. ¡Es brutal! ¿Cómo demuestra mi culpabilidad con dos resultados dispares en un control y un contracontrol de orina? No me río porque me duele. Me desespera el tema.

P. ¿Y el Barça? ¿Le desespera ver la crisis que se ha organizado después de ganar la Liga?

R. El ser humano es así y el catalán es especial. Som patidors de mena [sufridores por naturaleza]. Hemos jugado al futbol como nadie lo ha hecho en el mundo los dos ultimos años. Hemos ganado la Liga. Tenemos un equipazo, muy joven..., y dos semanas después de ganar el título llego y veo un incendio alimentado por programas con contertulios que ya echaban leña al fuego cuando yo era jugador. Es el Barça.

P. ¿Cómo se explica el divorcio Joan Laporta-Sandro Rosell, presidente y vicepresidente azulgrana?

R. Sólo es entendible desde la perspectiva histórica del barcelonismo, siempre dividido: entre Kubala y Suárez, entre Cruyff y Núñez... Por algo será que sólo tenemos una Copa de Europa.

P. Usted figuraba en la candidatura a las elecciones al Barça de Lluís Bassat que resultó derrotada en 2003. ¿Se alegra de ver lo que pasa?

R. Yo soy del Barça y me alegro cuando veo que Txiki Begiristain ha acertado en la composición del equipo, que mi club ha ganado la Liga, que... A mí el Barça me lo ha dado todo.

P. ¿Cómo valora la influencia de Cruyff sobre Laporta?

R. Cruyff es Cruyff y tiene derecho a opinar lo que le dé la gana. Como cualquier socio. Y hay que escucharle porque es Cruyff. Le conocemos todos. Pero es Cruyff, con todo lo que significa.

P. ¿Piensa seguir jugando el año que viene?

R. Si alguien me quiere en su equipo, seguiré otro año.

Pep Guardiola.
Pep Guardiola.CONSUELO BAUTISTA

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_