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Necrológica:
Perfil
Texto con interpretación sobre una persona, que incluye declaraciones

Ruth Laredo, la pianista que grabó a Rachmaninov

Ruth Laredo, una pianista que se sentía igualmente cómoda con la música de cámara que con las obras para solista, conocida por sus geniales grabaciones de Scriabin y Rachmaninov, falleció el 25 de mayo en su vivienda de Nueva York a los 67 años. Laredo, que interpretó su último concierto el 6 de mayo en el Metropolitan Museum of Art, padecía cáncer y murió mientras dormía, según informó su representante, James Murtha. El concierto pertenecía a una serie que daba desde hacía 17 años en el Metropolitan titulada Conciertos con comentario, en la que Laredo interpretaba y hacía comentarios interesantes sobre la música. La serie se había convertido en parte importante de la escena de conciertos neoyorquina, donde la pianista constituía una presencia frecuente.

Dos días después del atentado contra las Torres Gemelas de Nueva York, Laredo celebró allí con un recital el 25º aniversario de su debut en el Alice Tully Hall. Fue el concierto inaugural de la temporada 2001 del Lincoln Center, y antes de tocar se dirigió al público diciendo: "Para mí era importante tocar. La gran música nos proporciona sustento espiritual y esperanza. Con ese espíritu toco hoy".

Era una pianista de estilo romántico, una intérprete dinámica y preocupada por la textura y el color. En años recientes, comentaba Murtha, su carrera de solista con orquestas se había reducido, pero se encontraba cómoda con una mezcla de recitales, conciertos de cámara y trabajos de acompañamiento.

Cuando empezó a destacar, en la década de 1970, eran raras las solistas de piano, especialmente en las obras física y técnicamente exigentes de Rachmaninov. Sólo había unas pocas, como Myra Hess y posteriormente Alicia de Larrocha. "En aquellos primeros tiempos, cada vez que le hacían entrevistas, le preguntaban qué se siente siendo mujer pianista", explica Murtha. "Ella quería ser pianista, y punto".

Ruth Meckler nació en Detroit el 20 de noviembre de 1937. Asistió al Curtis Institute of Music de Filadelfia, donde estudió con Rudolf Serkin. Obtuvo su título en 1960 y ese mismo año se casó con el violinista Jaime Laredo, con quien colaboró musicalmente. Más tarde se divorciaron. Le sobrevive su hija, Jennifer Laredo, que vive en Londres con su esposo, el violoncelista Paul Watkins, y una nieta.

Laredo se inició con una orquesta en 1962, en un programa encabezado por Leopoldo Stokowski, a la dirección de la American Symphony Orchestra en el Carnegie Hall. Debutó con la Filarmónica de Nueva York, dirigida por Pierre Bouler, 12 años más tarde. Su recital en solitario en el Carnegie Hall no llegó hasta 1981. En Curtis, Serkin le enseñó los fundamentos de Mozart y Beethoven, desaprobando la pasión juvenil que ella sentía por Rachmaninov. Pero fue con su música, así como con la de otro ruso, Scriabin, con la que ella marcó su impronta.

En la década de 1970 grabó dos series pioneras y aclamadas: todas las sonatas para piano de Scriabin, con el ahora desaparecido sello Connoisseur, y el repertorio completo para solista de Rachmaninov, en siete discos LP para CBS Masterworks. Cuando le preguntó a Serkin si pensaba que ella podría tocar a Rachmaninov, éste le dio su bendición. "Me respondió que debía hacerlo", comentó ella en una entrevista concedida a The New York Times en 1987. Pero prepararse para las grabaciones fue una tarea terrible y pesada. "Tuve que aprenderme las muchísimas piezas de Rachmaninov que nadie toca, y descubrí por qué. Son muy duras", dijo.

Posteriormente canalizó su amor por Rachmaninov hacia la erudición, preparando una nueva edición de sus preludios de piano con la editorial de música C. F. Peters.

Los LP de Scriabin se grabaron cuando aún había pocas grabaciones de este músico, y ayudaron a fomentar la popularidad del autor en Estados Unidos. Laredo dijo que había escuchado por primera vez su música en un concierto dado por Vladímir Horowitz que la dejó deslumbrada. Bernard Holland, crítico de música de The Times, comentó de su interpretación de la música de Scriabin: "La interpretación sensual y hermosamente controlada de Laredo captó su cualidad demencial y ligeramente maligna".

Ruth Laredo.
Ruth Laredo.

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