Sin alternativas viables
La Bolsa saca juego a las carencias del resto de los activos
La debilidad de los indicadores económicos no ha sido un obstáculo importante para los avances de los mercados de valores, en los que crece el convencimiento de que el dinero hará lo que no puede hacer la economía. El Ibex 35 gana en la semana el 1,24% y se acerca a los máximos anuales.
Los mercados de valores han mantenido la orientación alcista en esta semana, a pesar de que los indicadores económicos se empeñan en anticipar meses de incertidumbre y de que el precio del petróleo se ha mantenido al alza durante más de siete días.
El Ibex 35 termina este ciclo de sesiones con una subida del 1,24% y ligeramente por debajo de los 9.500 puntos, aunque el miércoles cerró en 9.550,80, a menos de 100 puntos del máximo anual. El índice general de la Bolsa de Madrid cierra en 1,027,66, con una subida del 1,28% en la semana. Los valores medianos del mercado confirman que están más lejos de las veleidades de la especulación, ya que el índice madrileño sube en el año el 7,15%, frente al 4,59% del Ibex 35, en el que la ponderación de los grandes valores es mucho mayor.
La escalada del precio de las acciones en esta semana ha sido un fenómeno bastante generalizado y ha coincidido con una subida espectacular del precio de los bonos, cuyas rentabilidades han caído a mínimos en Europa y llegaron a marcar el nivel más bajo en 12 meses en Estados Unidos.
En ambos mercados se impone un criterio único: la enorme liquidez del sistema y la ausencia de alternativas válidas, situación que viene a confirmar la creciente presencia de los fondos de riesgo en busca de ocasiones exclusivas para sus clientes en los mercados de valores.
Esa presión del dinero no se ha traducido, por el momento, en unos volúmenes de contratación muy superiores a los de las semanas anteriores, pues la media del negocio diario en el mercado continuo fue de 2.363,27 millones de euros, 312 millones más que la de la semana anterior, pero la media de las operaciones "abiertas" descendió en casi 40 millones diarios, hasta los 1.847,82 millones de euros. El bajo nivel de las operaciones y la aparente solidez del mercado apuntan a un intercambio difícil en el que papel y dinero miden mucho sus bazas antes de tomar una decisión en firme.
Frente a ese ambiente, hubo un cúmulo de datos que confirman la ralentización de la economía, tanto en Estados Unidos como en la eurozona. Entre los más preocupantes está el desempleo en Estados Unidos, pues subió el número de solicitudes semanales de subsidio, aumentaron los despidos y, aunque en mayo bajó la tasa de paro en una décima, la creación de empleo se limitó a 78.000 puestos de trabajo, la menor en 21 meses.
Las revisiones a la baja de las perspectivas de crecimiento para la eurozona por parte del BCE tienen como lectura positiva el posible estancamiento de los tipos de interés.
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