Pierce y Henin se meten en la final tras arrasar a sus rivales rusas

Nadie esperaba otra cosa. Es cierto que Mary Pierce regresaba de no se sabe dónde y que Justine Henin volvió con fuerza este año tras una temporada plagada de lesiones en 2004. Sin embargo, las dos jugadoras rusas que defendían la suerte de su país en las semifinales de Roland Garros no inspiraban excesiva confianza. Y los resultados acreditaron que no había motivos para confiar en ellas. Pierce eliminó a Elena Likhovtseva por 6-1 y 6-1 en lo que resultó una auténtica demolición que duró 57 minutos. Henin eliminó a Nadia Petrova por 6-2, 6-3 en 1 hora y 8 minutos. La final de mañana será inédita, puesto que Henin y Pierce nunca se habían encontrado antes en la disputa de un título. La belga domina sus enfrentamientos previos por 3-0. La francesa no le ha ganado ni siquiera una manga.

"Es fantástico, soy muy feliz", se le ocurrió decir a Mary Pierce en su conferencia de prensa. "Pero esto no es ningún sueño, sino el trabajo de muchos meses que ha sido posible gracias a la ayuda de algunas personas que siempre han creído en mí". Desde que ganó el torneo de Roland Garros en 2000, Pierce no había vivido algo parecido. "Entonces tenía 25 años y acumulaba ya cierta experiencia, pero jugaba con otras rivales y yo misma era muy distinta", asegura, recordando que ganó en la final a la española Conchita Martínez. "Ahora, contra Justine no tengo nada que perder. Saldré a la pista a divertirme y, obviamente, a darlo todo para intentar ganar".

Para Henin la final también supone alcanzar una meta. Sus últimos triunfos en el Grand Slam son mucho más cercanos. En realidad ganó el Open de Australia el año pasado y había conquistado los títulos de Roland Garros y el Open de EE UU sólo una temporada antes, en 2003. Pero el final de la pasada campaña fue un tormento para ella por culpa de las lesiones y la afectación de varios virus que la apartaron del circuito. Estuvo seis meses parada. Pero este año regresó con fuerza y lleva 23 victorias consecutivas en tierra batida. "Estar en la final es el mejor regalo que podían hacerme por mi 23 cumpleaños. Ganar a Pierce será un gran desafío", dijo la belga.