"La educación se ha infantilizado"
La profesora de Biología del Comportamiento de la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla, Agnés Gruart (Sils, Girona, 1962), ha sido elegida miembro del comité ejecutivo de la European Science Foundation (ESF), una fundación en la que participan 29 países y 66 representantes de distintos organismos. Gruart, representa el Ministerio de Educación y Ciencia español en el área de Biomedicina.
Pregunta. ¿Es la única representante española en la ESF?
Respuesta. Soy la única en el comité ejecutivo, que lo componen ocho personas. Aunque hay varios representantes españoles en la fundación.
P. ¿Qué supone su elección?
R. Es una oportunidad para conocer lo que se está haciendo en Europa. La principal función de la ESF es establecer las líneas futuras en investigación a nivel europeo. Qué se va a promover, cuáles son las líneas más interesantes... es estar en el lugar puntero para conocer todo. Es un reto para que España pueda tener un buen papel también.
P. ¿Cuál es su cometido?
R. Yo tengo que estar en contacto con el ministerio y con las demás organizaciones científicas públicas y privadas españolas. Hago un papel bidireccional. Por un lado transmito desde España a la Unión Europea cuáles son los intereses de aquí que nos gustaría promover y por otro lado, viendo los acuerdos que se están tomando en Europa, los transmito directamente a España, al ministerio, para que puedan incluirlos en sus programas. Lo interesante sería conseguir la máxima coordinación. Saber de un programa europeo sobre el cáncer, por ejemplo, y que España lo tuviera en cuenta para incluirlo en sus propios programas o para potenciar algo distinto. Una vez que estamos informados, la decisión es política y económica.
P. ¿El puesto es compatible con la investigación que realiza en la universidad?
R. Es un puesto permanente pero no es a horario completo. Puedo continuar con mis investigaciones. Internet facilita que podamos preparar los encuentros y que éstos sean más cortos.
P. ¿Hay muchas mujeres en la ESF?
R. Hay muy pocas, creo que hay cinco en la fundación. En el comité ejecutivo hasta ahora eran siete hombres y una mujer, cuando me eligieron lo resaltaron como un gran avance.
P. ¿Se valora a la mujer investigadora?
R. No, no se está avanzando. En España varias investigadoras hemos creado una organización, aunque somos tan pocas como hace 30 años. Hay muchas mujeres que están en las licenciaturas o en el doctorado, pero no en las escalas siguientes. En la Unión Europea, excepto en los países nórdicos dónde hay programas para ayudar a las familias, las estadísticas son parecidas. No es fácil explicar porqué, ni siquiera se puede decir que es por la familia o por el machismo. A veces a las mujeres no les interesa participar en un sistema tan competitivo, es una mezcla de muchas cosas.
P. ¿Existe machismo en su campo?
R. Hay ciertos comportamientos que indican que es un mundo machista. Puedo contar una anécdota: cuando me eligieron tuve pocas preguntas pero un representante me preguntó cómo siendo joven iba a poder llevar las dos cosas. Una pregunta que se les podría hacer a todos los que estaban allí aunque creo que me lo preguntó por ser mujer.
P. ¿Está de acuerdo con la paridad?
R. No, que tenga que haber un 50% siempre en cualquier grupo no creo que sea bueno. Hay que procurar que estén siempre los mejores, sean hombres o mujeres, y que no haya ninguna razón extra académica para que una mujer no ocupe el sitio que le corresponda.
P. ¿El campo de la Neurociencia avanza en Andalucía?
R. Hay muy pocas empresas en el área de la Neurociencia. Puede haber distribución pero todavía no hay sedes.
P. Aparte de investigadora, es docente. ¿Cómo ve la educación actualmente?
R. Se ha infantilizado mucho la educación. Todos recordamos que en nuestra época de estudiante el profesor daba una serie de notas y de elementos y que luego lo completábamos con los libros. Ahora estamos dándoles a los alumnos todas las imágenes, fotocopias, todo hecho y están perdiendo la capacidad para buscar la información y trabajar por su cuenta. Cada vez que intentas trabajar en algo nuevo tienes que poner mucho esfuerzo para convencerles. Saben que haciendo poco cosa pueden sacar un cinco. Hasta las excusas que te dan son diferentes que antes, no son comportamientos adultos.
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