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Crónica:FÚTBOL | 38ª y última jornada de Liga
Crónica
Texto informativo con interpretación

Fin de trayecto en Nervión

El Sevilla no alcanza la Liga de Campeones pero repite el sexto puesto y la UEFA

El Sevilla se clasificó para disputar la próxima Copa de la UEFA por segundo año consecutivo e igualó el sexto puesto en la Liga del pasado curso. Pero no hubo fiesta alguna. El Betis se clasificó para la Liga de Campeones y eso, en Sevilla, es lo peor que le puede pasar a un equipo, que el otro te supere. Huele a fin de ciclo, a que al proyecto encabezado por Joaquín Caparrós no le queda mucho crédito. Curioso cómo se ha presionado a este equipo desde fuera y, sobre todo, desde dentro. Supo mal en el palco la eliminación en octavos en la UEFA y en la Copa. La derrota de ayer escuece doble por el éxito del Betis y todo parece indicar que el modelo de equipo cambiará.

Caparrós fue ayer más Caparrós que nunca y ordenó a sus jugadores que jugaran con las tripas. El Sevilla encaró el partido como si todo él entero fuera el último minuto: con fuerza, con presión, con orgullo, con demasiadas prisas, con escasa precisión, con nula elaboración, sin juego, alocado. Los que más sufren este tipo de planteamientos son los buenos. Y el Sevilla los tiene, aunque ayer se les pidiera que afrontaran el encuentro con argumentos distintos a los que les hacen sobresalientes.

SEVILLA 0 - MÁLAGA 2

Sevilla: Notario; Daniel Alves, Javi Navarro, Sergio Ramos, David; Jesús Navas (Jesuli, m. 74), Martí, Renato (Antoñito, m. 65), Adriano; Baptista y Darío Silva (Makukula, m. 61).

Málaga: Arnau; Gerardo, Fernando Sanz, César Navas, Valcarce; Juanito, Romero; Edgar (Míchel, m. 74), Miguel Ángel, (Juan Rodríguez, m. 61), Duda (Iznata, m. 82); y Baiano.

Goles: 0-1. M. 76. Duda, de falta directa. 0-2. Baiano.

Árbitro: Teixeira Vitienes. Amonestó a Jesús Navas, Juanito, Arnau, Baiano, Sergio Ramos y Romero.

45.500 espectadores (aforo completo) en el Sánchez Pizjuan.

El Sánchez Pizjuán no podía albergar a más gente, a más voces, a más apelaciones a la casta. Así, Renato, un jugador y una persona tranquila no supo dónde ni qué aportar con su fútbol. Pudo marcar en la primera mitad, con un tiro desde fuera del área.

A Baptista tampoco es el pelotazo vil lo que más le va, aunque un balón que bajó Darío Silva con el pecho en el minuto 3 le dejara franco el tiro en carrera frente a Arnau. Pero el fortachón brasileño no la esquinó la suficiente y el portero malaguista despejó el balón. También pudo marcar al borde del descanso, cuando picó en exceso su remate con la cabeza. Y otra vez más, ya en la segunda mitad.

Baptista no pudo acordarse de la temporada pasada, cuando estaba obligado a ocupar espacios oceánicos, buscar rechaces imposibles, dejadas agónicas, rebotes, para intentar marcar. Alves se mueve mejor en estos ambientes y no le importó un pimiento dejar en cueros a sus compañeros de defensa frente a las oleadas de los malaguistas. Su aportación en ataque estaba previsto que liberara de obligaciones a Jesús Navas, pero, a veces, dio la sensación de que le sacaba del sitio desde el que el atacante es mejor.

Darío Silva también dispuso de su oportunidad y la falló. De cabeza, solo, con el portero ya superado por un pase de Martí.El Málaga se aprovechó de las excesivas prisas de los sevillistas y, con un gran trabajo físico, presionó la salida del balón haciendo aún peores los pelotazos que nutrían al ataque del Sevilla. En la primera mitad, tan sólo los tiros de falta de Duda alarmaron algo a Notario. Y en la segunda lograron su objetivo. Baiano, simplemente se borró, aunque metiera un gol al final, cuando todo eran carreras .

La heroica no le sirvió esta vez ni al Sevilla ni a Caparrós en lo que parece que será mucho más que una derrota. Caín es así.

Makukula, Martín y  Antoñito (de izquierda a derecha) muestran su decepción tras su derrota
Makukula, Martín y Antoñito (de izquierda a derecha) muestran su decepción tras su derrotaGARCÍA CORDERO

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