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4.000 vecinos de Villaverde exigen seguridad y rechazan la violencia

Marcha por la convivencia tras los incidentes xenófobos en el distrito

"¡No a la violencia, sí a la convivencia!". Más de 4.000 vecinos desfilaron ayer coreando ese lema por las calles de Villaverde, en una de las mayores manifestaciones que recuerda este barrio de 140.000 habitantes y con un 18% de población inmigrante. Cuando la cabecera de la marcha entraba en la calle de Villafuerte, donde el pasado día 2 fue asesinado Manuel G. C., Manu, de 17 años, decenas de vecinos que esperaban allí la llegada de la manifestación increparon a tres dominicanas que los contemplaban desde un balcón: "¡Pero bueno! ¡Qué chulería! Encima se fuman un pitillo y nos echan la colilla. ¡Guarra, vete a tu país! ¡Sinvergüenza! ¡Van provocando! Éstos se van a hacer los amos del barrio. ¡A hacer la reconquista!".

Entre los que gritaban, indignados, había abuelos, madres de familia y chavales que coreaban los gritos entre risas, como si se tratara de un partido de fútbol: "¡Hijos de puta! ¡Hijos de puta!". Pero la mayoría de quienes se sumaron a la marcha, a la que acudieron muy pocos inmigrantes, insistieron en llamar a la calma. En el transcurso del recorrido se incorporaron los padres de Manu, que murió acuchillado supuestamente por un dominicano de 19 años.

Dos inmigrantes fueron agredidos, sin sufrir heridas; uno durante la marcha y otro, en Villaverde Alto, por un grupo de 100 chicos."Vamos a tomar Villaverde para dar un no rotundo a la violencia, demostrando que queremos convivir en paz". Un altavoz colocado en una furgoneta de un taller del barrio iba marcando el ritmo de la manifestación. A la llegada de los representantes políticos comenzaron los ruidos de cazuelas, pitadas y abucheos: "¡¿Ya habéis venido a cazar el voto?!"; "Y Esperanza [Aguirre] y el alcalde, ¿dónde están, que no les veo?", decía un anciano de choteo. El distrito estaba tomado por la policía, varias furgonetas de agentes antidisturbios recorrían las calles y, según fuentes policiales, había cerca de 30 agentes vestidos de paisano. También numerosos periodistas, incluso de algún medio extranjero.

Tras la pitada, los políticos se situaron en segundo plano tras la familia del chico asesinado y las asociaciones vecinales, convocantes de la manifestación. Entre otros marchaban el secretario general de los socialistas de Madrid, Rafael Simancas; los concejales del PSOE Trinidad Jiménez y Pedro Zerolo; los ediles de IU Inés Sabanés y Julio Misiego; y el coordinador regional de IU, Fernando Marín; del PP acudieron el concejal de Villaverde, Carlos Izquierdo, y el director de Inmigración de la Comunidad, Carlos Clemente. También asistió la subdelegada del Gobierno, Pilar Gallego.

Los portavoces de los vecinos explicaron que la marcha pretendía denunciar la falta de seguridad y protestar contra los últimos incidentes vividos.

En poco más de una semana, desde el 29 de abril, y en menos de 300 metros, se vivió un tiroteo en el que resultó herida una mujer colombiana; el asesinato de Manu (presuntamente a manos de un joven dominicano); el atropello mortal de un policía por unos delincuentes, y los incidentes xenófobos del viernes en los que cuatro inmigrantes resultaron heridos.

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"Hemos convivido 10 años"

"Que nos oigan y vean que no somos racistas. Hemos convivido con los inmigrantes más de 10 años y nunca ha habido problemas", recordaba la portavoz de una asociación.

Algunos inmigrantes se unieron a la protesta; muy pocos, en un distrito con casi un 18% de población inmigrante. "Están escondidos. No me extraña, con las pintadas que han aparecido contra ellos y con lo que ha pasado", aseguró una vecina. Marina Ventura, una dominicana de 22 años, no se escondió. "Llevo tres días encerrada, con miedo. A algunas amigas les han pegado, pero tenía que unirme a esta protesta. Este es mi barrio y quiero seguridad", explicó.

Hubo pequeños incidentes en el transcurso de la marcha. Un chico peruano, que estaba sentado en un banco, fue atacado por varios jóvenes, según fuentes policiales. Uno de los supuestos agresores se partió la tibia al intentar darle una patada y golpear en una pared. Por otra parte, un testigo presencial relató que 100 chicos recorrieron Villaverde Alto buscando inmigrantes para agredirles. Sólo uno fue atacado, pero la intervención de los vecinos impidió que fuera herido. No se produjo ninguna detención.

Cuando la manifestación llegó al banco en el que murió Manu los vecinos guardaron un minuto de silencio y los padres del muchacho pusieron un ramo de flores en el banco. La madre de Manu se derrumbó tras el aplauso de sus vecinos que coreaban el nombre de su hijo. A quienes se acercaban a abrazarle sólo podía decirles: "Llevaos a vuestros hijos a casa, que no pase nada más, por favor".

Vecinos de Villaverde, durante la manifestación por la convivencia celebrada ayer.
Vecinos de Villaverde, durante la manifestación por la convivencia celebrada ayer.PAULA VILLAR

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