La tercera vía

Nada mejor que esta pareja de saltimbanquis madrileños para dar en los morros -a base de buena música, cuidado- a todos aquellos a que sólo parece interesarles el lado cool -aparte de Alaska, ¿hay alguien auténticamente cool en España? Pereza son la eterna tercera vía del pop rock con sabor entrañable a rincón de la capital, con gusto a Tequila y Los Rodríguez, con descaro, chulería, ingenuidad divertida y romántica y grandes dosis de sexo democrático: "En cualquier parte, con un plástico nos vale", cantan en Animales.

¿Es posible tanta felicidad en 2005? A juzgar por el reventón de la sala, la reacción desaforada de los -y las, ojo- juveniles fans del grupo y el vuelo que va cogiendo su excelente tercer disco, Animales, puede decirse que sí, que Pereza han dado con la clave, y todo ello a base de rock directo, simple, heredero de las bandas españolas citadas y también de los Stones o T-Rex. Con la única pega de un sonido en directo que a veces amenazaba con desgarrar innecesariamente los tímpanos de los asistentes, Rubén, Leyva y sus dos socios fraguaron un show indudablemente divertido y lleno de estribillos de esos que calan hasta en el zoquete más antimusical. Pero además, el grupo ha ganado en riffs certeros de guitarra, en capacidad de creación de singles irresistibles y en nivel de comunicación con el público, que se siente cada vez más identificado con ellos, con sus pelos moderadamente largos y sus figuras de delgadez imposible. Porque Pereza no pretenden, y eso les honra, vender otra cosas que rock con posibilidades melódicas y comerciales, del que cabe destacar temas como Música ligera, la tremendamente efectiva Pienso en aquella tarde, la preciosa Madrid y la descacharrante Superyonkis, con la que más de un avinagrado se va a coger un mosqueo superlativo. Rock, al fin, cercano y sin complicaciones para todos aquellos a quienes los prejuicios acerca de lo que mola o no mola les traen, francamente, al pairo.