_
_
_
_
Reportaje:FÓRMULA 1 | Gran Premio de España

La pasión de 'Polón'

Aficionados llegados desde todas las partes del mundo conviven felizmente con los 12.000 asturianos vibrantes en Montmeló

Oriol Puigdemont

La fórmula 1 es glamour; sofisticación. Basta con darse un paseo por el paddock de Montmeló para darse cuenta. Los equipos exhiben, a modo de pavo real, todos sus lujos. Los hospitalities -las zonas habilitadas para los invitados vip-, están repletos de personajes de la jet-set. Lejos de la zona glamourosamente acicalada para las modelos como Naomi Campbell, las estrellas del fútbol, las del pop y las de Hollywood, vibra la gente como Pantaleón.

Polón, como se hace llamar por sus amigos, camina por la pelouse, la zona del circuito que alberga a los aficionados sin localidad fija, detrás de la curva New Holland, una hora antes de que se apaguen los semáforos rojos. Al igual que muchos de los reunidos, es un fanático de Ferrari. Su pasión por la marca del cavallino le ha llevado a protagonizar más de una historia. La última le ha traído a Barcelona desde su lugar de residencia, la República Dominicana, acompañado por un grupo de cuatro amigos engalanados con camisetas y gorras rojas, como él, y con el objetivo de animar a Michael Schumacher. "Llegamos el viernes y nos vamos mañana", apostilla Polón; "también me encanta Alonso, pero cuando acaba por detrás del kaiser".

Más información
El líder se abona al podio

A su lado está Carlos, el más veterano de los integrantes del tour, como lo definen ellos mismos. "Tengo 54 años y siempre he seguido a Ferrari. Desde antes de Schumacher. Desde la época de Gerhard Berger. Mi pasión va más allá de la fórmula 1. Me gusta todo lo relacionado con el motor y me siento ferrarista, entre otras razones, porque soy hijo de italianos", explica. "Él también es hincha de Ferrari", dice de un joven que permanece de pie y con la oreja puesta en la conversación de su padre. "Él es uno de los tres hijos que me han viajado desde la República Dominicana para ver a Schumacher. Se llama Orestes", lo presenta Carlos. "Alonso puede ser el futuro Senna", apunta el primogénito de Carlos; "tiene mucho potencial, aunque, por lo que dice, parece tener más experiencia. Es muy bueno, pero a veces habla demasiado".

En la misma línea, ya en la Tribuna G, Agurtzane también opina que el español es el referente del automovilismo mundial, aunque ella tiene otro favorito. "Barrichello. Me encanta Rubinho", declara. "Hemos venido desde Elorrio, en Vizcaya, porque hace unos años nos hicimos socios del circuito. Siempre acudimos a ver la fórmula 1, el MotoGP e incluso los camiones. Y venimos en autocaravana. Cuando se acaba la temporada, nos da un bajón", se lamenta.

En la Tribuna B discuten Germán y Patricia, dos de los 12.000 asturianos desplazados hasta Montmeló para alentar a su paisano mientras otros 3.000 se citan en el Auditorio de Oviedo. Forman parte de la gran marea azul que cobra vida cada vez que el R25 asoma el morro por la curva de La Caixa. "Soy aficionado a la fórmula 1 desde antes de la era Alonso", anuncia este aficionado, llegado desde Gijón; "ella, no. Es mi compañera, Patricia, y para ella Fernando está por encima del bien y del mal. Sólo viene a verle". "Sigue las carreras desde que Fernando salió a la palestra. Antes, ni caso", remarca.

Los asturianos se hacen notar desde el principio hasta el final.El duelo entre los seguidores de Alonso y los fanáticos de Ferrari es visible en todas las zonas. esta vez no ha ganado ni uno ni otro, pero aquéllos celebran el segundo puesto como si su piloto hubiera vencido. Eran mayoría y se sienten los amos del circo porque Alonso es el líder indiscutible.

Una bandera asturiana cuelga de una de las abarrotadas tribunas.
Una bandera asturiana cuelga de una de las abarrotadas tribunas.VICENS GIMÉNEZ

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_