El Grec reduce su oferta y concentra el grueso de la programación en Montjuïc
La 29ª edición del festival se celebrará en Barcelona entre el 27 de junio y el 8 de agosto
Algunos de los principales nombres de la escena europea, como Krystian Lupa, Christoph Marthaler y Heiner Goebbels, y grandes creadores autóctonos conviven en el programa del 29º festival Grec, que se celebrará entre el 27 de junio y el 28 de agosto. Las coordenadas de esta edición vienen determinadas por una considerable reducción del número de espectáculos, 49 en total, de los que 16 son producciones propias, y una concentración en el espacio: dos tercios del programa se ofrecerán en los distintos escenarios de la montaña de Montjuïc.
La entrada de la Generalitat en el presupuesto, con una aportación directa de 300.000 euros (el 15% del total), supone un punto de inflexión.
El director del festival, Borja Sitjà, y el concejal de Cultura del Ayuntamiento de Barcelona, Ferran Mascarell, insistieron ayer en destacar la importancia de la aportación del Gobierno autonómico, que se incrementará progresivamente (450.000 euros el año próximo y 600.000 en 2007). Sitjà fue más allá y se refirió de forma genérica a los beneficios para el Grec de la política cultural de la Generalitat, al incremento presupuestario y la nueva sensibilidad hacia la danza y el teatro. En este contexto, señaló el director, se ha podido hacer "el festival que necesitan los artistas, el público y la ciudad". Y se explicó: "Durante muchos años, el festival ha realizado una labor de sustitución" en muchos frentes, y esto "acababa por ser un condicionante artístico".
"Error histórico"
Por su parte, el director del Instituto Catalán de las Industrias Culturales de la Generalitat, Xavier Marcé, señaló que el inicio de la participación económica del Gobierno significa "corregir un increíble error histórico" y añadió: "En términos de futuro, implica por nuestra parte una plena asunción del objetivo de convertir el Grec en uno de los principales festivales de Europa".
Sitjà siempre ha abogado por un diseño de programación más contenido que el que se había desarrollado hasta ahora y por asociarlo a un espacio pequeño, "como los grandes festivales", con lo que pretende contribuir a fortalecer la personalidad de la cita barcelonesa.
Ciclos como Solos, en el Convent de Sant Agustí, y Cinema i bany, en las piscinas Picornell, han desaparecido del programa, en el que la música es el género más representado (23 conciertos y recitales), seguido del teatro (15), la danza (un apartado que, con sólo siete citas, es el que ha experimentado la mayor reducción) y cuatro actividades de difícil clasificación (incluidos los estimulantes Interferencia: intervenciones artísticas en espacios públicos e InMotion).
En el marco del Año del Libro, la literatura tiene una presencia privilegiada en el programa, con espectáculos de distintos géneros que parten de la adaptación de libros o están inspirados en ellos.
En esta edición, el festival ha experimentado un cambio estético que tiene una explicación conceptual. La figura del fauno, que históricamente lo ha simbolizado, ha desaparecido del logotipo y ahora éste es mucho más esquemático y funcional. En el lema que lo acompaña, la palabra Grec está escrita en letra más pequeña que el resto, BCN Festival, y se ha incorporado también el número correspondiente a la edición.
Referente internacional
El director señaló que de este modo se pretende facilitar la rápida identificación del festival fuera de Cataluña. "La palabra Grec aquí suena mucho, pero fuera se presta a confusión. Mucha gente pregunta si se trata de un festival de teatro clásico". En cuanto a consignar el número de la edición, obedece al deseo de recordar que el festival "no es algo que haya nacido hace cuatro días".
Todo este razonamiento guarda relación con la voluntad de hacer de la cita barcelonesa un referente a escala internacional. Y eso, a decir de Sitjà, no se agota en la programación de primeras figuras del panorama europeo y mundial, sino que fundamentalmente pasa por conseguir que sea un escaparate hacia el exterior de lo que ocurre en el ámbito del teatro, la música y la danza.
Aunque declaró: "Ya estamos haciendo el festival que deseábamos hacer", no descarta introducir algunas modificaciones en el diseño del año próximo. Una de ellas podría consistir en la recuperación de la figura de la ciudad invitada (en anteriores ediciones lo fueron Nápoles, Nueva York y Buenos Aires), aunque ésta es una cuestión todavía por madurar.
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