La 'inoportuna' lesión de Figo
Unos problemas musculares dejan fuera de la convocatoria al portugués
Los médicos del Madrid siempre se quitaron el sombrero ante la "calidad muscular" de Luis Figo. Entre todos los jugadores de la actual plantilla, nunca hubo otro con una masa muscular más voluminosa ni más suave al tacto al mismo tiempo. Los masajistas lo percibieron: los músculos de Figo tienen una consistencia limpia, uniforme, sin durezas, profunda. Una de las características que hicieron del portugués un futbolista valioso fue su escasísima propensión a caer lesionado. De los cinco años que lleva jugando en el Madrid sólo se perdió un partido de Liga por un problema muscular: una contractura en el abductor, sufrida hace dos años, durante una eliminatoria contra la Juve.
Por eso fue tan sorprendente que Figo sintiera "molestias" en un muslo, según reza el parte médico del Madrid. Estas "molestias" las sintió el jugador al final del entrenamiento del jueves, cuando terminó el partido en el que supo que, otra vez, Luxemburgo le ponía el peto de suplente. Faltaba Zidane por sanción y, sin embargo, el técnico elegía a Solari y no a Figo para ocupar la plaza vacante. Una mala noticia para Figo, que, a pesar de jugar poco, últimamente acusa problemas musculares. Precisamente antes del partido contra el Levante, hace dos semanas, sintió parecidas molestias coincidiendo con la noticia de que volvería al banquillo.
Ayer, el técnico del Madrid habló de Figo sin que nadie le preguntara por él. Luxemburgo hilaba el discurso sobre la importancia del partido contra la Real cuando dijo: "...Por eso la lesión de Figo no es buena. Y ha llegado en un momento inoportuno. Es un jugador muy importante. Un Balón de Oro. Y éste es el momento de estar todos juntos. Figo habría servido de mucho".
Luxemburgo no lamentó la baja de Salgado, ni la de Zidane, ni la de Samuel. El suyo fue uno de esos mensajes crípticos que se estilan en el mundo del fútbol. Un mensaje para Figo, en cuya lesión parece no confiar demasiado. ¿Sorprendido por una baja tan repentina? "No", dijo Luxemburgo; "en el fútbol todo puede ocurrir. Pero lamento su ausencia porque es el momento de estar todos juntos para pelear".
Figo, que cumplirá 33 años el verano próximo, ni siquiera saltó al terreno de juego, ayer en el entrenamiento celebrado en el Bernabéu. Acudió al campo pero se limitó a tratarse por los médicos y los fisioterapeutas en el vestuario. Su situación en el Madrid se ha tornado incómoda. Desde que Luxemburgo le mandó al banquillo contra el Barça, hace tres jornadas, descubrió que la suplencia no es para él. "No soy un jugador para diez minutos", dijo; "para eso no soy útil ni a mí mismo ni soy útil al club".
Lo cierto, es que el portugués ha jugado 160 encuentros y sólo se ha perdido 25 partidos desde que llegó al Madrid. De esa cifra, siete han sido por motivos disciplinarios -expulsiones y acumulación de amonestaciones-; otros dos, por tener que viajar con su selección y 11 por cuestiones médicas. El resto, hasta llegar a los 25, por decisiones tácticas, que en líneas generales se reducían, hasta esta temporada, a reservarle en partidos menores para asegurar su concurso en plenitud de condiciones en batallas mayores. De los 12 choques en los que no pudo estar Figo por lesión, sólo en una ocasión se debió a problemas musculares. En 2001 se perdió seis encuentros por un fuerte esguince en el tobillo derecho. Además, otros dos por una herida, otro por un fuerte golpe, un hematoma en un pie o una amigdalitis.
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