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Crónica:FÚTBOL | 33ª jornada de Liga
Crónica
Texto informativo con interpretación

Una pareja letal

El Sevilla arrasa al Athletic con tres goles espectaculares de Baptista y Navas

Tiene el Sevilla todos los sambenitos que adornan o deslucen a los equipos áridos: muscular, rocoso, de gran tonelaje, testicular, duro -para algunos violento-. Probablemente sea todo o parte de eso, fiel a la impronta de un entrenador que no ha cambiado su visión profunda del fútbol cultivada en los campos de regional. Pero el Sevilla es más que eso. Su actitud le vale para sobreponerse a la ausencia de todos sus centrales y jugar con dos chiquillos en el eje de la defensa, en La Catedral, ante Urzaiz y los centros de Yeste. Es algo y mucho más que eso. Sería injusto condenar a Baptista a la función de mazinger futbolístico, como si sus músculos poderosos estuvieran carentes de fútbol. Le valen para correr más que nadie y para que nadie le tumbe cuando mete la quinta velocidad o cuando inventa un pase interior. Ayer hizo lo primero, sacó una falta -discutible- y la ejecutó con la maestría y la violencia necesarias para romper la red. Y es Navas, un muchacho que construyó un homenaje a la jugada individual en el segundo gol, aunque para ello contara con toda la inocencia de tres defensas rojiblancos incapaces de frenar -ni en falta- tan bella arrancada desde medio campo. Y es Adriano, una bala que exigió lo mejor de Aranzubia en otra galopada y posterior disparo que envió el balón a la escuadra.

ATHLETIC 1 - SEVILLA 3

Athletic: Aranzubia; César, Murillo, Lacruz, Del Horno; Tiko (Guerrero, m. 63), Gurpegui; Etxeberria (Solabarrieta, m. 81, Yeste, Ezquerro; y Urzaiz (Llorente, m. 63).

Sevilla: Notario; Alves, Sergio Ramos, Prieto, David; Navas, Jordi (Casquero, m. 84), Martí, Adriano (Jesuli, m. 70); Baptista y Makukula (Darío Silva, m. 55).

Goles: 0-1. M. 7. Libre directo de Batista a la escuadra tras superar la barrera. 0-2. M. 20. Jugada personal de Navas que quiebra a tres defensas y marca con la izquierda. 0-3. M. 77. Centro de Navas y cabezazo de Baptista. 1-3. M. 86. Guerrero, en jugada personal.

Árbitros: Rubinos Pérez. Amonestó a Martí, César, Yeste, Alves y Jordi.

Unos 35.000 espectadores en San Mamés. El equipo femenino del Athletic recibió la Copa de la Superliga de manos de Angel Mª Villar.

Más información
Baptista, un problema

Total que en tres carreras, el Sevilla se había plantado con dos goles ante un Athletic que, a cambio, jugaba a impulsos, sin centro del campo, confiado a las ratonerías de Etxeberria o los remates de Urzaiz y Del Horno. Ambos, sin embargo, no anduvieron finos de puntería en dos remates que atajó Notario cuando casi se daba por aniquilado. Especialmente sorprendente resultó el de Urzaiz que cabeceó a tres metros y Notario sacó una mano instintiva que repelió el balón a un costado.

El Athletic jugaba sin orden por la falta de Orbaiz y con Yeste muy perseguido por Martí y Jordi que trataban de no dejarle pensar. Pero aún sin pensar, el Athletic no le perdía la cara al encuentro. Ocurre que tropezó con Notario, tan ágil como afortunado, pero sobre todo con sus propios errores. La noche desgraciada de Urzaiz se unió a la de Ezquerro y entre ambos malgastaron tres ocasiones magníficas. Otra la estropeó el árbitro, Rubinos, que no quiso señalar, a cinco metros de la jugada, un penalti de Alves a Etxeberria, de notable claridad.

San Mamés

soñaba con la remontada, al amparo más que de la claridad del juego rojiblanco, por las ocasiones producidas. Pero el Sevilla, que bajó notablemente su juego en la segunda mitad, no es precisamente un equipo indolente ni suficiente. La cultura del sacrificio la lleva en la sangre tanto como el Athletic y decidió resistir a pesar del acoso rojiblanco. Una de las diferencias entre ambos es su cultura y sus aptitudes defensivas. Caparrós quería frenar al Athletic en todo el terreno y pronto dio entrada a Darío Silva en detrimento de Makukula. El uruguayo es un especialista de la intimidación y en unos pocos minutos dejó varias señales de su estilo. Pero el Athletic ya no jugó con calma en defensa.

No había remontada. Lo que quedaba era otra conexión entre los dos mejores futbolistas del Sevilla, Navas y Baptista, otra incongruencia defensiva del Athletic, y el correctivo que aumentaba en el marcador. Lo corrigió Julen Guerrero, a efectos estadísticos y anímicos. Más que para el futuro servirá para su futuro, algo que para el Sevilla se llama Liga de Campeones y para el Athletic, Copa del Rey.

César trata de interceptar una internada de Daniel Alves.
César trata de interceptar una internada de Daniel Alves.TXETXU BERRUEZO

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