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Reportaje:AUTOMOVILISMO | Gran Premio de San Marino de Fórmula 1

Duelos de leyenda

Mansell, Senna, Piquet...: los mejores pilotos han vivido enfrentamientos antológicos

Robert Álvarez

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Nigel Mansell, uno de los pilotos más admirados en la historia de la fórmula 1 y campeón mundial en 1992, se tomó con flema la irrupción de Michael Schumacher. Mientras que Mansell se las tenía tiesas con Nelson Piquet y Ayrton Senna, un chaval de 23 años corría que se las pelaba y daba que hablar por una ambición que muchos confundieron con la temeridad. Mansell fue benigno en sus comentarios hacia el neófito. "La única cosa que tiene que hacer Schumacher es aprender a pilotar despacio. Todo lo demás ya lo sabe". Algunos lo veían de otra manera. El campeón del mundo en 1982, Keke Rosberg, afirmaba: "Hasta el momento ha destruido cuatro Benetton. No quiero decir motores, quiero decir coches. Esto sólo puede ser catalogado de inmadurez", aunque añadía: "Debo reconocer que el muchacho es fenomenal. Es lógico que también resulte un tanto inmaduro".

Mansell y Senna, en una ocasión, rodaron juntos toda la recta de Montmeló
El Ferrari de Villeneuve y el Renault de Arnoux sacaron chispas en Francia en 1979

Schumacher, a sus 36 años, ha estado involucrado en algunas de las más recordadas batallas propiciadas por la fórmula 1. Antológicos fueron los duelos entre Mansell y Senna, que en una ocasión llegaron a rodar juntos toda la recta de Montmeló. Fue en 1991, el año del estreno de Schumi en la fórmula 1. Temporadas antes, en 1987, en la era en la que aún estaban admitidos los motores turboalimentados, Mansell y Piquet, a pesar o precisamente porque eran compañeros en la escudería Williams Honda, mantuvieron varios duelos apasionantes. Una lesión en un codo de Mansell cuando quedaban dos pruebas para el final, dejó el título en manos de Piquet. Lauda y Prost, Senna y Prost, Mansell y Senna. Todos los grandes pilotos de la historia de la fórmula 1 han sido artífices de pugnas extraordinarias que previven en la memoria de los aficionados.

No fue una lucha por el título pero sí una situación similar a la que ayer vivieron Schumacher y Alonso la que mantuvieron Gilles Villeneuve y René Arnoux en el Gran Premio de Francia de 1979. Sus coches, precisamente un Ferrari y un Renault, rodaron por momentos en paralelo hasta el punto de que se tocaron sus ruedas, sus carrocerías. Hasta que echaron chispas. La lucha a brazo partido se repitió tres años después en otro Gran Premio que tuvo un desenlace histórico, el de Mónaco, cuando Didier Pironi hizo caso omiso de las órdenes del equipo Ferrari y adelantó a Villeuneuve cuando el canadiense ya se creía ganador de la carrera. La perdió por 366 milésimas.

En otro Gran Premio de Italia, el que se celebró en 1971 en Monza, el británico Peter Gethin marcó un registro que continúa vigente. Llegó junto a Peterson, Cevert, Hailwood y Ganley. Los cinco llegaron a la meta en el espacio de 0,61 segundos y Gethin se impuso por 0,01 al sueco Petterson. Fue el Gran Premio más rápido y con la victoria más ajustada en la historia de la fórmula 1.

En los primeros años de competición, los duelos más célebres fueron librados entre el italiano Alberto Ascari y el argentino Juan Manuel Fangio, pero una de las carreras más apasionantes fue la que enfrentó en Francia, en 1953 a Fangio y al británico Mike Hawthorn. El Ferrari de Hawthorn entró por delante con un sólo segundo de diferencia respecto al Maserati de Fangio después de que ambos entraran en boxes en más de una decena de ocasiones debido a las colisiones que sufrieron en su mano a mano.

En 1994, Schumacher se proclamó por primera vez campeón del mundo. Se adjudicó el título con un sólo punto de ventaja respecto al británico Damon Hill. En la última carrera, en el circuito australiano de Adelaida, el Benetton Ford de Schumacher y el Williams Renault de Hill colisionaron en la vuelta 36. Ambos tuvieron que retirarse. Empezó la ristra de títulos y también la leyenda de Michael Schumacher.

Sobre la firma

Robert Álvarez
Licenciado en Periodismo por la Autónoma de Barcelona, se incorporó a EL PAÍS en 1988. Anteriormente trabajó en La Hoja del Lunes, El Noticiero Universal y el diari Avui.

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