La azarosa carrera de Baiano
El malaguista sufrió un problema cardiaco y más tarde Luxemburgo le echó del Corinthians
Vanderlei Luxemburgo, el entrenador del Madrid, despidió sumariamente a Fernando Baiano, delantero ahora del Málaga, cuando ambos coincidieron en el equipo brasileño del Corinthians en 2001. Hoy cruzará los dedos para que su compatriota marque cuantos más goles mejor al Barcelona y le ayude a recortar distancias con el líder.
Baiano reconoce su insensatez al enviar un mensaje a Luxemburgo, a través del supervisor del club, con su negativa a incorporarse a la concentración de la pretemporada del Corinthians "por no tener un contrato firmado". Acabó perdiendo su trabajo debido al "error" y a un recado "malentendido". Luxemburgo le echó de la plantilla. Ni sus mil disculpas consiguieron impedir su castigo.
En el São Caetano fue testigo de la muerte de Serginho sobre el césped: "Quedé paralizado"
Sin embargo, Baiano sólo tiene palabras de alabanza para las enseñanzas recibidas del "profesor" Vanderlei -siempre le trata así: con mucha formalidad-. Aprendió con él a "nunca más enviar recados; a sólo hablar personalmente, mirando a los ojos y diciendo la verdad con respeto, pues así todos escuchan". Su experiencia con él podría ser un buen aviso para los jugadores del Madrid, titulares o suplentes.
El delantero describe a Vanderlei como un hombre "de fuerte personalidad y sangre caliente" que no tolera a los quejicas y tristones y que no acepta la intrusión de "aficionados, directivos y futbolistas" en sus decisiones. Por lo menos, en Brasil, con un gran currículo de triunfos, mandaba en todo y sus decisiones eran decretos ley.
Meses después del incidente, y sin contrato, Baiano acudió a Luxemburgo, que esa vez le concedió el perdón y la ficha en el Corinthians. Pero no sin antes, recuerda, leerle la cartilla: "Sólo estás preocupado por el dinero. Tienes que relajarte y gozar de la vida con más alegría. A cuántas personas les gustaría estar en tu lugar. Ganas bien, tienes familia, casa, coche... No jugarás bien si no te relajas".
Baiano es el fichaje de invierno más rentable del curso español. Sus cinco goles, casi todos en jugadas individuales, impulsaron al Málaga. A sus 26 años, vive el reconocimiento como rematador después de una carrera que no tuvo continuidad por problemas en una rodilla, en un tobillo y en el corazón.
"A los 20 años, en un entrenamiento, sentí algo mal. Me puse una mano en el pecho y mi corazón estaba disparado", recuerda Baiano. Los médicos del Corinthians diagnosticaron que sufría el síndrome de Wolff-Parkinson-White, un problema en las señales eléctricas del corazón que coordinan los latidos y que causan fuertes taquicardias. Después de una operación, con catéteres introducidos desde la ingle y el cuello, quedó curado. La eficacia de los doctores le devolvió al tajo en apenas dos semanas. Una irresponsabilidad médica fue causante de la muerte de un compañero cuatro años después.
La tragedia aconteció el 27 de octubre de 2004. Cuando ya estaba en las filas del São Caetano, Baiano presenció como su compañero Serginho se desplomaba en el campo durante un partido contra el São Paulo. El defensa sufrió una parada cardiorrespiratoria y todas las tentativas de reanimación fracasaron: "Quedé paralizado, sin reaccionar. Fuimos al círculo central y empezamos a rezar. En el fútbol pasamos por grandes emociones, glorias y derrotas, pero no esperas ver a un amigo muerto sobre el césped. Fue aterrador". Muy marcado por esa tragedia, ahora valora "con mucho más respeto y amor" a los que están a su lado: "En cualquier momento puede pasar algo y desaparecer todo". El presidente del São Caetano, Nairo Ferreira, y el medico del club, Paulo Forte, fueron condenados a dos y cuatro años de inhabilitación por ocultar, con la aprobación de Serginho, que pensaba en el bienestar económico de su familia, sus antiguas deficiencias cardiacas. La entidad revelación en los últimos años en Brasil fue sancionada con la pérdida de 24 puntos en la Liga y por eso se quedó fuera de la Copa Libertadores.
Esta semana, los jugadores del Málaga ya saborean la relajación de tener garantizada la permanencia en la Primera División. Después de la victoria en Albacete, su entrenador, Antonio Tapia, les concedió dos días de descanso. A la vuelta, Baiano habló con los periodistas mientras esperaba que el uruguayo Gato Romero preparara un gran asado para una comida de confraternización en el mismo estadio de La Rosaleda.
Según él, esta tranquilidad puede ser un gran aliado contra el Barça: "Ahora podemos jugar más libres y mejorar nuestro juego sin la presión psicológica del descenso". Para ganar cree fundamental "robar el balón y salir jugando muy rápido para romper el bloqueo y el fuerte pressing azulgrana". Eso sí, está seguro de que tendrá pocas oportunidades de marcar.
El profesor Luxemburgo puede estar tranquilo porque su ex alumno tiene hambre de goles contra el Barça. Cinco tantos en el torneo, algunos de ellos muy bonitos, le han dado más protagonismo que toda su carrera anterior en el Corinthians, el Flamengo, el Internacional de Porto Alegre, el Wolfsburg y el São Caetano. Reconoce que "fue muy arriesgado" llegar en el mercado invernal con un contrato de sólo cuatro meses con el Málaga, pero le ha salido bien. Actualmente, tiene ya una propuesta para la renovación y el interés de otros clubes. Además, ya proyecta "hacer historia" en el fútbol español en la próxima temporada.
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