La exposición 'Reinventar la realidad' recorre el eclecticismo y pasión de la obra de Gerardo Vera
La muestra contiene sus mejores bocetos, fotografías y trajes para cine, teatro y ópera
Condensar 30 años de una creación tan intensa y variada como la de Gerardo Vera, director de cine, escenógrafo, figurinista, pero sobre todo artista poliédrico, es una tarea compleja. Aún así, la exposición Reinventar la realidad lo consigue y desde ayer en Málaga ofrece los mejores bocetos, y trajes diseñados por Vera para el cine, el teatro y la ópera. Desde sus primeras películas como Los Pazos de Ulloa de Gonzalo Suárez, hasta la dirección de escena para la ópera Macbeth. El actual director del Centro Dramático Nacional recibirá el domingo el premio Ricardo Franco que entrega el Festival de Cine.
"En la exposición está lo que me ha supuesto más esfuerzo o más capacidad de investigación. Lo más representativo de mi ecléctica carrera", contó ayer Gerardo Vera (Miraflores de la Sierra, Madrid, 1947) en la apertura de la muestra. En el Parador de San Rafael de Málaga se puede apreciar la querencia del artista por el detalle, su talento, y a la vez sus múltiples caras. "En el arte uno no copia, sino que imagina, y la realidad nunca tienes que copiarla. La dirección artística es llegar a la verdad a través de muchísima imaginación", resumió en su día para definir su labor.
El comisario de la muestra y figurinista del Centro Dramático Nacional, Alejandro Andújar, explicó que la obra de Vera es tan amplia que la muestra sólo recoge la tercera parte de su trayectoria, unos 25 trabajos.
En el luminoso patio del parador hay trajes deslumbrantes. Estampados con serigrafías, el de volantes que vistió Penélope Cruz en La niña de tus ojos, y el traje pintado a mano que lució Ana Belén en Divinas Palabras. Vera los admiró ayer satisfecho y se detuvo en un traje para la ópera Lulú. "Una escultura irrepetible", dijo satisfecho. El traje pesa nueve kilos, está compuesto de cristal blanco acabado en cristal negro y recorre toda la gama de blancos y grises.
Los bocetos y fotografías exponen su producción operística y para cine, y Vera llamó la atención sobre la escenografía a base de telones metálicos para la ópera contemporánea Wozzeck. Su trabajo como director de arte ha dispuesto para el cine la escenografía teatral que ha conseguido mezclar ambos géneros. Tasio de Montxo Armendáriz o El amor brujo de Carlos Saura son sólo dos claros ejemplos.
En este reconocimiento tributado al artista, el Festival de Cine ha editado junto con la SGAE Reinventar la realidad, libro escrito por Jorge Gorostiza. La obra incluye una amplia entrevista con el artista en la que éste se remonta con pasión a sus comienzos y repasa sus influencias. Las fotografías que acompañan a los textos desvelan la original creación de ambientes tan dispares como la España del siglo XV en La Celestina o el más temprano franquismo en Deseo.
Huir de lo fácil
Además, su penetrante mirada es analizada por el escritor Eduardo Haro Tecglen y el actor José Luis Gómez entre otros. "No es un autor de mercado: crea el mercado con lo que ofrece, sobre una superficie anterior que tenía otros valores. Se trata de no crear el escándalo, que es lo fácil", explica Tecglen. La valentía y el riesgo de Vera son patentes al comprobar que, según su opinión, el Centro Dramático Nacional que ahora dirige tiene que dar textos clásicos a directores jóvenes y textos de autores jóvenes a los directores con más oficio.
Junto a las fotografías de Carlos Saura y Alberto Díaz Korda, la de ayer fue la primera de las tres exposiciones que ha programado el festival este año. Pero hubo más. Por la noche la actriz Belén Rueda presentó la gala de inauguración en el Teatro Cervantes y que dio paso a la proyección de Hormigas en la boca de Mariano Barroso.
Una fiesta cerró el primer día de festival en el castillo de Gibralfaro. Acudieron actrices como Aitana Sánchez-Gijón, presidenta del jurado, y Belén Rueda para aportar el necesario toque de glamour. La pose más cool en cambio, corrió por cuenta de otros como el actor porno Nacho Vidal, el diseñador David Delfín y el actor Santi Millán.
A sabiendas de la atención mediática que concentra, Málaga intenta mostrar su mejor cara y a las puertas del teatro la organización ha dispuesto petunias para embellecer el entorno que captan las cámaras a diario. Previsores, han plantado las flores en grandes maceteros para evitar el saqueo que hace un año los madrileños protagonizaron en la boda del Príncipe.
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