Cuando la realidad no entiende de papeleo

La condición de residente en el Eixample o Ciutat Vella que lleva asociada la entrada en vigor del área verde está destapando situaciones de papeleo -o ausencia de él- de los vecinos de Barcelona que ni el mejor guionista imaginaría. El quid de la cuestión está en que para ser considerado residente hay que cumplir dos requisitos: estar empadronado en el perímetro del área verde y estar al corriente de pago del impuesto sobre vehículos de tracción mecánica. Pero la realidad dibuja escenarios bien distintos.

- Ni padrón, ni impuesto. El área verde tiene visos de hacer aflorar a un buen número de vecinos de Barcelona que no están empadronados en la ciudad. Y si no están empadronados, lo más probable es que tampoco paguen el impuesto de vehículos. Si no lo hacen, lo tienen mal para utilizar la zona verde con tarifa de residente.

- A empadronarse y darse de alta. La solución es, pues, poner en regla los dos trámites. El alta en el padrón se puede hacer por teléfono. Para el impuesto del vehículo, los trámites deben realizarse a través del servicio provincial de la Dirección General de Tráfico, en el edificio conocido como La Campana, junto a la plaza de Cerdà.

- El coche a nombre de otro. Los problemas aparecen cuando el vehículo del vecino que se acaba de empadronar está a nombre de una tercera persona, igual que el seguro. La solución, explican en Tráfico, consiste en que la aseguradora incluya al conductor habitual en la póliza.

- Empadronado en otro barrio. Si quieren aparcar en la calle también tendrán que buscar solución los vecinos que están empadronados en un lugar distinto al que habitan. Estos casos podrían repercutir en la picaresca de quienes se empadronan fictíciamente para acceder a servicios como escuelas públicas.