Johnnie Johnson, pianista y compositor de Chuck Berry
Johnnie Johnson, cuyo piano juguetón fue elemento integral de las grabaciones clásicas de Chuck Berry, falleció el miércoles 13 de abril en su casa de St. Louis (Misuri). Johnson, de 81 años, acababa de salir del hospital a causa de una pulmonía y estaba sometido a diálisis, una carga derivada de su antiguo alcoholismo. Su empeoramiento y muerte coincidieron con una visita de Berry a España, donde ofreció sus famosos conciertos de 60 minutos de reloj.
Nacido en Clarksdale (West Virginia) el 8 de julio de 1924, Johnson fue un autodidacto en el piano. En la Segunda Guerra Mundial, como multitud de afroamericanos, viajó hacia el norte: el esfuerzo bélico requería mano de obra y él terminó en una factoría de Detroit. Reclutado en 1943, terminó integrado en una orquesta del Cuerpo de los Marines; allí aprendió lo suficiente para decidirse a hacer de la música su profesión. Ya de civil, actuó en locales nocturnos de Chicago y St. Louis, donde formó el Johnnie Johnson Trio, que también funcionaba como Sir John's Trio.
Fue en 1952 cuando Johnson llamó a un guitarrista-cantante de St. Louis para ofrecerle una sustitución en un bien pagado bolo de Nochevieja. Cara al público, Charles Berry era entonces una extraña mezcla de Nat King Cole y cantante de country. Johnnie y Chuck congeniaron inmediatamente, con el resultado de que el guitarrista, más ambicioso, se apoderó de la dirección del trío.
Berry fichó por el sello Chess en 1955 y Johnson le acompañó en una aventura creativa que estableció la mitología del rock & roll -el teenager, los coches, la posibilidad de reinvención- y el sonido de una de sus variedades estilísticas, la más influyente en los Beatles, los Stones y otros grupos del Reino Unido. El piano de Johnnie, rebosante de boggie woogie y swing, encajaba con la guitarra bluesy de Chuck, que le dedicó el célebre Johnny B. Goode.
Bonachón y paciente, Johnson aguantó el avinagramiento del carácter de Berry, muy afectado por la condena a prisión (1962-1964) que siguió a su procesamiento por contribuir, en circunstancias bastante nebulosas, a la prostitución de una menor, un delito federal. El pianista también tenía problemas con el alcohol y, en 1973, dejó de girar con Berry, dedicándose a tocar en bandas de St. Louis como Sounds of the City y los Magnificent Five.
En 1987, Keith Richards insistió en contar con Johnnie para el documental Chuck Berry Hail! Hail! Hail! Rock 'n' Roll. A partir de ese momento se revalorizó su aportación a la obra de Berry. Johnson grabó finalmente bajo su nombre: un disco pobre (Blue Hand Johnnie, 1987) y otro brillante (Johnnie B. Bad, 1991), este último con el respaldo del rollingstoniano Richards, Eric Clapton y otros admiradores. Para entonces era un secreto a voces que algunas de las piezas clásicas de Berry partieron de músicas de Johnson, a las que el guitarrista puso su genialidad como letrista y el filo metálico de sus cuerdas. En 2000, el hombre del piano demandó a Berry, exigiendo que apareciera su nombre en los créditos de unos 50 temas, además del correspondiente porcentaje de los inmensos derechos de autor generados a lo largo de más de cuarenta años. Pero, a pesar de la conocida mezquindad de Chuck y de unos análisis musicales favorables al origen pianístico de aquellas canciones, había transcurrido demasiado tiempo y el juez falló en contra de Johnnie Johnson.-
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