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Crónica:FÚTBOL | 31ª jornada de Liga
Crónica
Texto informativo con interpretación

Cañizares, en la picota

Un error del meta en el tiempo de descuento da el empate al Málaga ante un flojo Valencia

Héroe de tantos y tantos partidos de la reciente gloria del Valencia, Cañizares se marchó ayer de Mestalla de la peor manera posible: recibiendo el consuelo de los rivales y la bronca inmisericorde de su hinchada, que lo consideró culpable de los dos puntos que volaron a última hora.

Hundido. Porque el público le indicó el pulgar hacia abajo desde el primer momento, no sólo por su clamoroso error de última hora: se tragó un disparo desde fuera del área del zurdo Duda, ni demasiado fuerte ni colocado. No. La grada también le echó la culpa del primer tanto: se quedó a media salida y fue fusilado por Baiano. Y de una serie de errores que le han costado muchos puntos a su equipo a lo largo del curso. Sin ir más lejos, ha recibido tres goles desde fuera del área en las tres últimas jornadas: Pernía, del Getafe; Generelo, del Zaragoza; y ayer Duda. Pero su baja forma viene de largo. De la pretemporada: recibiendo goleadas ante chinos y japoneses. Pese a lo cual ha mantenido en las últimas fechas la titularidad: su nombre, su historia, su personalidad le han mantenido con Antonio López después de que ya Ranieri, antes de ser despedido, lo hubiera arrumbado del once. Imposible saber si se trata del ocaso de este gran portero -tiene 35 años, camino de 36- o de una mala racha que arrastra fuera de Europa a su equipo. El caso es que parece haber agotado la indulgencia del entrenador, que ayer insinuó que Palop jugará ante el Mallorca. Y mucho más la del público, que dictó sentencia.

VALENCIA 2 - MÁLAGA 2

Valencia: Cañizares; Santacruz, Ayala, Marchena, Carboni; Rufete (Angulo, m. 25), Sissoko, Fiore, Mista; Aimar (Moretti, m. 77); y Di Vaio (Xisco, m. 60).

Málaga: Arnau; Gerardo, César Navas, Fernando Sanz (Amoroso, m. 65), Valcarce (Tote, m. 81)); Juan Rodríguez (Manu m. 75), Romero, Juanito, Miguel Ángel, Duda; y Baiano.

Goles: 1-0. M. 16. Di Vaio, con un suave toque picado. 1-1. M. 30. Pase largo de Valcarce a Baiano, que controla, encara y marca. 2-1. M. 44. Sissoko roba un balón, avanza hacia la línea de fondo y su centro atrás lo remata Di Vaio. 2-2. M. 92. Duda dispara desde fuera del área y el balón se le escapa a Cañizares.

Árbitro: Rubinos Pérez. Amonestó a Sanz, Romero, Sissoko, Miguel Ángel, Santacruz y Tote.

Unos 38.000 espectadores en Mestalla.

Al Valencia, en todo caso, se le escapa la Champions y no sólo por Cañizares. Ayer quiso ganarle al Málaga con la ley del mínimo esfuerzo. Sin jugar bien ni mal ni todo lo contrario. Tratando de exprimir la calidad de Di Vaio en el remate -excelente su primer gol, un toque picado ante la caída del portero Arnau-, del pase de Mista, y del bestial empuje de Sissoko. El joven africano se fabricó solito el segundo gol: arrancó como un huracán, alcanzó la línea de fondo y su centro atrás lo remachó Di Vaio, su undécimo tanto del campeonato.

De repente, se ha hecho rácano el conjunto de Antonio López, olvidando a ese equipo generoso que deslumbró tras la marcha de Ranieri. Fracasó una vez más Fiore en funciones de Baraja y el Valencia nunca tuvo el control del centro del campo. Al tran-tran, sin nervio ni intensidad, el medio italiano corre como un veterano, y transmite esas sensaciones a su equipo. López, sin embargo, no lo sustituyó en todo el encuentro, sino que prefirió dar descanso a Aimar. Con una profundización en la pérdida del balón, puesto que Moretti, como medio centro defensivo, ni fu ni fa. El cuadro lo completó la deficiente actuación de Angulo, que suplió al lesionado Rufete, y el desacierto en el remate de Xisco, que sustituyó a Di Vaio.

De modo que el Málaga, que llegó a Mestalla como quien va al matadero, sin motivación ni excesivo interés, se vio ante la posibilidad de empatar. Para eso dio entrada Antonio Tapia a Amoroso, a Manu y a Tote. Todo lo que tenía de ofensivo en el banquillo. Y apenas llevó peligro hasta la entrada del enigmático Tote, sí el ex del Madrid, el Valladolid y el Betis, que le dio otro ritmo al conjunto andaluz. Otra mirada. Incordió todo lo que pudo, puso en un compromiso a Carboni y, a continuación, llegó ese disparo en el límite del tiempo de Duda que pasó por entre los brazos de Cañizares. Justo antes del final. Justo antes de abandonar el campo abatido, animado por los rivales y abucheado por los propios.

Mista es emparedado entre Romero (izquierda) y Valcarce.
Mista es emparedado entre Romero (izquierda) y Valcarce.SANTIAGO CARREGUÍ

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