"A la empresa nueva la administración le pone pegas"
El reelegido presidente de la Confederación de Empresarios de Cádiz (CEC), Miguel González Saucedo (Chiclana, 46 años) se ha caracterizado desde que llegó a este cargo en 2001 por ser muy reivindicativo con las administraciones públicas, sean del color que sean. Sonadas fueron sus críticas al PP cuando defendió la validez del PER y para exigir más infraestructuras. En su discurso el martes de la semana pasada, tras revalidar la confianza unánime de los empresarios gaditanos, alertó sobre la pérdida de importantes inversiones foráneas en la Bahía de Cádiz y en la comarca de la Janda por decisiones administrativas del Gobierno central y de la Junta de Andalucía, ambas del PSOE, sobre el polígono industrial de Las Aletas, en Puerto Real, y el complejo turístico de Trafalgar, en Barbate. "Los grandes problemas de la provincia de Cádiz son el desempleo y las infraestructuras. Para crear empleo hay que crear empresas aquí o traer empresas de fuera, a las que no les pueden poner pegas sino recibirlas con la alfombra roja y la banda de música en la puerta", sigue lamentando González, quien advierte directamente a la Junta de que la segunda modernización de Andalucía no será posible "sin administraciones modernas, eficaces y ágiles, y leyes modernas para que las empresas puedan ser competitivas".
Con todo, Miguel González Saucedo es "consciente" de que la Junta debe velar por la protección ambiental y de la costa ante las especulaciones urbanísticas. "Totalmente de acuerdo en eso, pero en ocasiones las administraciones públicas deberían planificar antes el suelo para evitar que se fuguen las inversiones foráneas", apostilla. Así las cosas, el presidente de la CEC considera que el papel del Gobierno central y de la Junta desde las últimas elecciones "podía ser mucho mejor". "Pensábamos que la confrontación iba a terminar, pero en el polígono de Las Aletas no se ha despejado la duda cuando las dos administraciones son del mismo signo. No sabemos porqué no se ponen de acuerdo Junta y Gobierno", critica.
En defensa del Gobierno andaluz, aplaude la construcción de la autovía A-381 entre Jerez y Los Barrios y la inminente liberación del primer tramo de la autopista Sevilla Cádiz. "Estamos muy alegres porque desaparecerá el peaje de Jerez, pero seguiremos reivindicando el segundo tramo y que el ejecutivo nacional desdoble la A4 (antigua nacional IV) y A48 (antigua N340) para que la autopista no se colapse cuando se libere por completo porque las condiciones socioeconómicAs han cambiado al aumentar en los últimos 25 años el número de vehículos, población, empresas y viviendas", afirma. Sobre el segundo puente de la bahía gaditana tiene claro que es necesario "ya" pese a las objeciones de Navantia (antigua Izar) si el trazado de este nuevo acceso a Cádiz no incluye un tramo móvil que garantice el paso de buques de gran tamaño a la factoría de Puerto Real. "Temo que esta obra se retrase y no podemos dejar pasar una necesidad tan urgente e imperiosa para la bahía de Cádiz porque la falta de accesos está afectando desde hace tiempo la economía del resto de los sectores, como el industrial, el comercial, y el turístico", afirma.
En el plano estrictamente laboral, alerta sobre dos grandes problemas a los que se enfrenta la provincia de Cádiz de inmediato. "Siempre hemos denunciado la competencia desleal de la economía sumergida y se está produciendo ahora un repunte de esta actividad incontrolada. Al mismo tiempo, la economía de la bahía puede resentirse por las prejubilaciones de Izar, Altadis y Delphi", detalla quien es conocido por su talante campechano y cercano, y por ser 'el amigo de los sindicatos' gracias a su talante dialogante. "Creo que es bueno que nos llevemos bien. Hay diálogo y consenso. Nos escuchamos y muchas veces desde la confrontación y pareceres distintos nos respetamos y mantenemos la lealtad", explica González Saucedo, quien le gustará ser recordado cuando concluya su segundo mandato dentro de cuatro años por "reducir el paro y tener magníficas infraestructuras" para que los agentes sociales puedan dedicarse a la labor social y no a la económica. "Muchas veces la diferencia entre la economía social y la economía de mercado es que el plato esté lleno. Si está lleno y rebosa, nos podremos dedicar a hacer economía social. Mientras el plato esté vacío habrá que hacer economía de mercado para que el plato se llene", concluye.
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