El testamento del Papa desvela que se planteó dimitir en el año 2000

El papa Juan Pablo II consideró en el año 2000 la posibilidad de dimitir. El testamento de 15 cuartillas escritas en su polaco materno, hecho público ayer en Roma, desvela que el pontífice estudió seriamente esa opción después de cumplir los 80 años. El texto recoge también un somero repaso de algunos acontecimientos históricos como la guerra fría, y pide expresamente al secretario personal que queme las notas del Papa. Decenas de jefes de Estado, de Gobierno y ministros llegaron ayer a Roma para participar en el funeral que comenzará a las diez de la mañana de hoy y que ha atraído al Vaticano a más de dos millones de fieles.

Juan Pablo II escribió apenas 15 cuartillas de testamento en sus 26 años de pontificado, inspirado por el que dejó Pablo VI. Si bien en un principio se destaca su gran acercamiento a su Polonia natal, donde expresa su deseo de ser enterrado, poco a poco va desligándose y deja la decisión final sobre su entierro al consejo de cardenales. En un momento del año 2000, tras haber culminado el Jubileo y con 80 años, el Papa se plantea si no es momento de renunciar a su cargo.

"Por designio de la providencia, me ha sido dado el vivir en el difícil siglo que estamos dejando atrás, y ahora, en el año en el que mi vida alcanza los 80 años, hay que preguntarse si no ha llegado el momento de repetir, con el bíblico Simeón, 'Nunc dimittis", dice el Papa. "Espero que Él me ayudará a saber hasta cuándo debo ejercer este servicio".

El Papa manifiesta en su testamento su satisfacción porque la guerra fría concluyera sin una hecatombe nuclear. La curia romana celebrará hoy el funeral por el pontífice, en un acontecimiento que ha reunido en Roma a líderes de 200 países, desde el presidente de EE UU, George Bush, a los principales líderes europeos. Don Juan Carlos y doña Sofía encabezan la delegación española, de la que también forman parte el presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero; el ministro de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, y el líder de la oposición, Mariano Rajoy. Otras 40 personalidades políticas españolas podrán asistir a los funerales.