"Así no se puede competir"

Guti no habla nunca después de los partidos. Pero ayer apareció ante los micrófonos para ser la voz oficial del vestuario del Madrid en el momento del hundimiento. El segundo capitán, después de Raúl, fue rotundo: desmintió a su entrenador, Vanderlei Luxemburgo, al decir que los problemas del Madrid no se sintetizaban en la falta de actitud del equipo; y reconoció que en la Liga ya no queda más que salvar la poca cuota de orgullo que queda intacta. "Luchar por la Liga es imposible", aseguró Guti; "no ya por los once puntos de diferencia con el Barcelona. Un equipo que no gana fuera de su casa y que no llega a la portería contraria no puede competir".

Guti fue cabal. Habló sin esquivar el bulto. El discurso de su técnico, al salir del vestuario derrotado, tuvo más vueltas. Luxemburgo no fue tan sincero pero admitió que lo más importante ahora era defender el segundo puesto de la clasificación. "Ahora la Liga está muy complicada", dijo Luxemburgo; "más de lo que ya estaba. Quedan diez jornadas y la diferencia con el Barcelona es de once puntos. Eso son cuatro partidos de desventaja. Tenemos que seguir compitiendo para mantener el segundo puesto porque tenemos que clasificarnos para la Liga de Campeones. En el fútbol puede pasar de todo. Lo único que no puede pasar es perder sin dignidad".

Luxemburgo: "El Getafe tenía actitud, se notaba que tenía algo por lo que competir. Nosotros no. Nosotros hemos mirado cómo jugaba el Getafe"

Guti: "Un equipo que no gana fuera de su casa y que no llega a la portería contraria no puede competir (...) El problema no es sólo de actitud"

"Así no se puede competir", lamentó Luxemburgo. El técnico brasileño señaló a sus jugadores al asegurar que les había faltado carácter para luchar por los tres puntos. "Para jugar al fútbol hay que estar metido en los partidos, correr, concentrarse...", enumeró. "Y hoy el que ha hecho eso es el Getafe. El Getafe tenía actitud de equipo, se notaba que tenía algo por lo que competir. Nosotros no. Nosotros no hemos jugado al fútbol. Nosotros hemos mirado al Getafe jugar".

De lo que no habló el brasileño de modo concreto fue del fracaso de su trabajo psicológico, una faceta que le había granjeado un notable prestigio en Brasil y que se hizo necesario que pusiera en práctica tras la eliminación de la Liga de Campeones, el miércoles en Turín. El entrenador madridista, que ya no cuenta con el apoyo de la directiva, no habló de las charlas que mantuvo con los jugadores el viernes y el sábado, en compañía del vicepresidente, Emilio Butragueño. Se limitó, en cambio, a lo que consideró sus aciertos. "Yo he hecho los cambios que tenía que hacer", se defendió, volviendo al partido de ayer. "Pero no ha sido cuestión de cambios. Ha sido cuestión de actitud. Pero a mi no me gusta echarle la culpa a los jugadores".

Cuando el Madrid ganó siete partidos seguidos, entre enero y febrero, Luxemburgo se molestó cada vez que le recordaron que algunas victorias fueron aleatorias. Producto del azar. El técnico insistió en que todos los resultados derivaban de su "trabajo". Ayer, en cambio, señaló que la derrota se explicaba por el desánimo de sus jugadores. Y matizó: "Yo soy el primer responsable de lo que está pasando pero este no es un problema de entrenar más o menos. Estamos entrenando mucho y bien y no cambiaremos nuestro régimen en este sentido. Entrenar más no sirve de nada si no hay actitud".

No tardó Guti en poner punto final al argumento del estado anímico. "El problema del Madrid no es sólo de actitud", dijo el canterano; "es de muchas otras cosas que no se han hecho bien y hay que corregir. El equipo está francamente mal. Hoy había que sacar el orgullo porque nos jugábamos mucho. Era un paso muy importante y no lo hemos dado. Ahora tenemos que apelar a los madridistas que hay entre los jugadores, que son muchos. Los meses que quedan de Liga van a ser muy duros. Tenemos que sacar nuestro lado más profesional porque el club se está jugando mucho y nosotros le debemos mucho al club".

Guti, que junto con Solari y Samuel fue el mejor madridista en el campo, sentó de esta manera las bases sobre dos asuntos en los que discrepa con Luxemburgo. Primero, dejó claro que en la Liga no hay nada que hacer, sin más -y omitió la necesidad de conservar el segundo puesto, cosa que es un perogrullo-. Segundo, consideró que el problema del equipo no es sólo psicológico y apuntó a desajustes estructurales que atañen al club y al técnico. Algo tan simple como que el Madrid no hace goles. En los siete últimos partidos, entre Ronaldo y Raúl han hecho uno solo.