El Betis ya gana fuera del Heliópolis

Ni Málaga ni Betis defraudaron. Sus citas en La Rosaleda no es que sean especialmente lucidas, pero goles y emoción no faltan. Y este año no podía ser menos, dado que su encuentro ha llegado con ambos equipos en plena forma, aspirando a más de lo que pensaban a falta tan sólo de 10 jornadas para el final del campeonato. No se habían acomodado los aficionados en los asientos cuando Juanito sesgó el ánimo del Málaga al inventarse un gol tras aprovechar un balón muerto en el área. Un susto que revolucionó al Málaga y que pagó Doblas, acribillado una y otra vez por Duda y Baiano ante la incapacidad de Melli en un puesto que no es el suyo. Diez minutos de asedio para enmendar el roto que Fernando y Edu zanjaron de forma aún más dolorosa que el tempranero gol de Juanito. Un estudiado contragolpe pilló a la defensa en babia y Edu convertía la segunda ocasión del Betis. La efectividad ofensiva del equipo de Serra Ferrer renovó su crédito -21 goles en diez partidos- a costa de minar un poco la solvencia defensiva del Málaga, que hasta ese momento sólo había encajado 5 goles en nueve jornadas.

Con lo que no contaba el Betis es con la capacidad de reacción que Tapia le ha insuflado a este equipo. Ese no parar de correr y de presionar que se ha convertido en el abece de los jugadores malaguistas dio sus réditos en cuanto el Betis levantó el pie para regodearse en su renta y el Málaga templó nervios. Un centro medido de Romero al área fue el desquite de Baiano y el inicio de la remontada local, todo con la venia de la defensa verdiblanca, imprecisa y torpona. Con el aliento del rival de nuevo en el cogote, el Betis buscó dar un nuevo y rápido golpe de efecto, pero su abuso de los balones largos no cuajó porque se buscaba a Joaquín y ayer el gaditano no estaba más que para discutir con Esquinas Torres.

Con el partido de nuevo abierto, las galopadas se sucedían a un ritmo vertiginoso. En una de ellas, Miguel Ángel a punto estuvo de nivelar el partido tras deshacerse de sus marcadores, pero Doblas reivindicó su titularidad con una excelente salida. Pero tanto derroche físico pasó factura, situación que ambos equipos aprovecharon para darse a la picaresca y tratar de sacar provecho a la ya de por sí confusa actuación de Esquinas Torres, ayer un obstáculo para el brillo del partido.

Calmados algo los nervios en el vestuario, el Málaga salió en tromba para resarcirse del errático inicio del partido. Dos ocasiones tuvo Baiano para ello sin conseguirlo. También el aclamado Tote pudo lograrlo, pero el ex bético pagó su falta de tono físico y acabó peleado con su sombra. Desaparecidos los organizadores de uno y otro conjunto, el partido entró en una fase de desquiciamiento generalizado en la que el Málaga supo como acorralar al rival, abocado a que una genialidad de Joaquín permitiese a Oliveira o Edu zanjar el asunto. Así lo mantuvo hasta que el Betis optó por reservarse y al Málaga, descolocado, se le hizo muy cuesta arriba mover el balón con sentido. Fiado a que un error defensivo le diese oxígeno o a que cuajase una jugada a balón parado, el equipo de Tapia acabó engullido por su impaciencia. El Betis logró zanjar sus casi cuatro meses de sequía como visitante -no ganaba fuera de Heliópolis desde el 21 de noviembre- y el Málaga de la era Tapia encajó su primera derrota en La Rosaleda.