El flamenco en el Siglo de Oro
Los versos de los áureos poetas fueron cuadrando poco a poco con una música, el flamenco, de origen desconocido, pero que en esta conjunción hace pensar en antiguos parentescos imposibles de demostrar. Y no es necesario hacerlo. Basta con disfrutar de un espectáculo intenso, preciso; conceptual y musicalmente redondo, líricamente limpio y poderoso. "Cuando llegaron a mis manos esos poemas de Calderón, me parecieron una belleza. Esto se puede cantar, pensé. Y, al final, creo que ha salido mejor de lo que en ese momento podíamos pensar", cuenta José Menese.
José María Velázquez-Gastelu fue seleccionando entre los poemas de Lope de Vega, Cervantes, Góngora, Quevedo, Tirso de Molina, Fray Luis de León, Sor Juana Inés de la Cruz, los versos y estrofas. Historias con un eco de cuatrocientos años que Menese interpreta y dramatiza a partir de un cante hondamente sentido. "Para eso estamos y nos comemos por dentro", dice con un gesto de una misteriosa voracidad. "Arañar y sacar las palabras lo mejor posible".
Es un trabajo basado en textos antiguos, pegado a un flamenco muy purista, pero que respira también aires contemporáneos. "Eso se debe a Joan Albert Amargós, que ha hecho unos arreglos preciosos. Yo ya trabajé con él hace doce años, cuando me arregló unos campanilleros que grabó Manuel Torre, que es una delicia. Yo iba malo, con un catarro de escupir sangre, y cuando voy al ensayo se me quita todo. Era tan hermoso lo que hizo que me curó. Con los clásicos ha pasado exactamente igual, ¿por qué? Porque este hombre está imbuido en esa cosa que es el flamenco puro, que es lo que yo defiendo. No hay nada adulterado, nada", enfatiza. No hay ni sombra del ya casi infaltable cajón en el flamenco actual. Menese hace un ademán de rechazo, como ante un demonio o una aparición totalmente inoportuna. "Lo odio, lo odio, lo odio", sentencia.
José Menese es un defensor del flamenco más ortodoxo, pero a la vez ha sido uno de los innovadores de las letras. Sus temas comprometidos socialmente le valieron un marcaje constante de la censura durante el franquismo, pero él siguió adelante. "Hay un disco, Andalucía 40 años, que narra toda la trayectoria antifranquista. Ahí hay cosas metidas que nadie entonces se atrevía a hacer. Hasta disparos. Yo fui un hombre totalmente comprometido, he tenido un disco terminado que me echaron abajo. Tuvimos que recurrir a gente con influencia para que pasara el disco. Fui muy perseguido por la censura. El que más. Aquí no se hablaba más que de Raimon...", y se señala con insistencia. "Sí, a mí me han puesto una pistola en la barriga y he tenido que cantar con un policía así de grande al lado, ahí en Tirso de Molina". Pero los discos finalmente salían adelante "y se vendían como rosquillas, eran otros tiempos", subraya.
No quiere nombrar a quienes le acompañan en esta batalla a favor de la tradición, sobre todo para evitar polémicas. "La verdad es que la cosa está muy fea. Hace falta material nuevo, aires nuevos, que fue lo que me pasó a mí. Yo salgo en el momento de la ebullición del flamenco. Era algo tan fuerte... y ahí aparece José Menese con una diferencia: que cambia el rumbo de las letras. Cuenta sus cosas. Me dijo Francisco Moreno Galván, autor de las letras, que a la hora de grabar se le hacía un mundo. Se echó a temblar y me dijo: ¿ahora qué hacemos? Pues cantar nuestras cosas cotidianas, de nuestro pueblo, de nuestra gente, le respondí. Y así empezamos. Inmediatamente nos llamaron rojos y de todo. ¿Y sabes lo que hice? Echarle bemoles a la cosa. Rebelarme aún más contra mí y contra todo. Ésa ha sido mi trayectoria de 42 años". Y luego reflexiona, algo decepcionado: "¿Qué voy a ser yo en la sociedad de hoy? Un granito de arena. Yo creía, cuando empecé a cantar, que iba a cambiar el mundo. Y mira lo que he cambiado...".
Pero se repone. "Yo tengo
que insistir en que siempre he sido un hombre tremendamente pasional. Cuando cojo las cosas me las como, las muerdo. Me influye todo lo que me rodea. Entro en un sitio feo a cantar y seguro que no lo hago bien. Me pasan esas cosas. Me parieron así", dice.
A mis soledades voy, de mis soledades vengo, de Lope de Vega, da título a este disco y al espectáculo grabado en la Bienal de Flamenco de Sevilla el 13 de septiembre de 2004. En el concierto se alternan los temas entre Menese y la joven cantaora Laura Vital. Unos versos tan despojados y profundos como las mejores letras del flamenco popular. El que da nombre al disco es también el tema que Menese canta con mayor convicción. "Yo lo único que tengo que hacer es cantar bien, ésa es mi lucha y ésa es mi soledad también".
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.