Acento español en el cuarto trabajo de Elefantes
Oficialmente es el cuarto disco, pero han editado siete, dos de ellos versiones ampliadas de sendos discos oficiales. Su estilo se ha ido definiendo en los últimos ocho años, periodo en el que Elefantes han pasado de la autoedición a formar parte del catálogo de una multinacional "con la que seguir creciendo poco a poco", dice su cantante y compositor, Shuarma. Su trabajo más reciente se llama Somos nubes blancas y en sus canciones acentúa la influencia de la entonación aflamencada para perfilar un pop que su compositor define como "muy fácil, muy comercial, muy asequible y con dosis de calidad". Para enseñarlo inician una gira por España en la que ofrecerán 21 conciertos entre el 10 de marzo y el 15 de junio.
Shuarma no acaba de explicarse por qué aún no son más populares, pese a que en sus últimos discos han bordeado las 50.000 copias. "Será porque somos como de otra época y nuestro pop ya no se hace. En los ochenta nos hubiésemos hinchado a vender discos", sostiene antes de reconocer que "quizás por esta razón también nos ficharon, porque no hay bandas de nuestro tipo en el mercado nacional". Pop, deje aflamencado y letras con aspiraciones que "por vez primera han tocado aspectos sociales y no sólo relativos al amor", dice Shuarma, son dos de los argumentos del disco. Su producción, a cargo de Jo Dworniak, acentúa el perfil español en el sonido, que Shuarma explica "porque de pequeño escuchaba mucho a Sara Montiel. Hay que aceptar el lugar de donde uno viene".
La banda barcelonesa escogió al productor de Radio Futura, Jarabe de Palo o Kiko Veneno, "porque entendió con mucha rapidez cómo queríamos sonar y porque le vimos muy capaz de conseguirlo", y gracias a su trabajo "esperamos tener productor para cierto tiempo, pues hasta la fecha nos han producido personas tan dispares como Phil Manzanera, Quimi Portet o Enrique Bunbury". A pesar de todo, Shuarma resta importancia a la producción, "porque al final de todo lo que importa y lo que puede quedar es la canción. Una producción inadecuada la puede lastrar, pero no matar".
Reconociendo que "la industria está en una situación complicada porque ha tenido demasiado poder sin saberlo utilizar", Shuarma contempla con optimismo el panorama, "ya que las cosas se han recolocado con la aparición de compañías pequeñitas". Bajo su punto de vista, "esta situación provoca que la industria mire mucho dónde invierte", aunque el mismo Shuarma reconoce que hoy por hoy "parte de las discográficas importantes se preocupan más que nunca por las ventas".
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