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Reportaje:FÚTBOL | Vuelta de los octavos de final de la Liga de Campeones: Chelsea-Barcelona

El último milagro del Doctor English

El médico que ayudó a ganar a la mediofondista Holmes y a los velocistas Campbell y Gardener tiene casi listo a Robben para jugar mañana

Fue en Edood Park, el 2 de febrero. Aaron Mokoena, centrocampista del Blackburn, llegó tarde a la pelota, pero a tiempo para chocar con el pie de Robben. La consecuencia fue una rotura en el tercer metatarsiano del pie y una fisura en otro huesecillo. Seis semanas, baja en la ida de la Champions en el Camp Nou, en la final de Copa en Cardiff contra el Liverpool y descartado para la vuelta en Stamford Bridge. José Mourinho se peleó con el médico del club, Neil Frazer. Se trataba de recuperar a Robben para el partido de mañana y Frazer insistía: "Imposible", por lo que fue despedido. Necesitaban al mejor y lo ficharon.

Ha pasado poco más de un mes, Mourinho juega al despiste, pero el jugador holandés está a punto de convertirse en el penúltimo milagro de un fichaje del dueño del Chelsea, Roman Abramovich, que no sale en la foto: se llama Bryan English, es médico y trabajaba con los mejores atletas del país como responsable del servicio médico de la federación. Cobraba una miseria (sólo le pagaban tres días de sueldo por semana) y aceptó el reto de Peter Kenyon, director general del Chelsea. Aunque sea sólo como arma psicológica, Mourinho convocará hoy a Robben. El milagro lleva el número 16. Dicen que si juega, Abramovich bañará en oro al doctor inglés y a su ayudante, el jefe de los fisioterapeutas del Milan, el belga Jean Pier Meersseman, cedido para la ocasión por Silvio Berlusconi a su amigo Abramovich.

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Pero alguien llora. "Es una tragedia para el atletismo inglés perder a un hombre de su calidad y sabiduría". La frase se refiere al doctor English y no la pronunció un cualquiera, sino Darren Campbell, uno de los cuatro atletas británicos que en los Juegos de Atenas corrió el relevo 4x100 en 37.7 para ganar el oro. Junto a él, rompiendo el gafe en una prueba que Gran Bretaña no ganaba desde 1912, corrieron Devonish, Lewis- Francis y Gardener. Y eso que 13 días antes de ganarle a EE UU la carrera en Atenas, Jason Gardener sufrió una lesión en los gemelos que le descartaba: "Él me ayudó a ganar el oro". ¿Cómo? Seguramente con la misma receta que usó con Kelly Holmes, oro en 800m y en 1500 en Atenas. "Bryan es un ser maravilloso. Yo podía estar rota, destrozada, enferma y agonizante, pero siempre le tenía a mi lado para curarme", dice la mediofondista, que ahora tiene miedo. Lesionada, no ha podido competir en los Campeonatos de Europa de Madrid y su médico ya no trabaja para la federación de atletismo de la Gran Bretaña. "Si me necesitan, me gustaría ayudarles, pero debo pedir permiso a Kenyon, porque tengo contrato en exclusiva hasta final de temporada", se lamenta English, que incluye la homeopatía en sus sistemas de prevención de lesiones y en acelerar las recuperaciones.

Excepto en el Manchester United y el Arsenal, el resto de equipos de la Liga inglesa tienen unos servicios médicos lamentables. El Chelsea, antes de la llegada del magnate ruso, recuperaba a sus jugadores en la misma sala donde se vendaban los compañeros sanos: "Había dos aparatos, un médico y muy buena voluntad", recuerda Ferrer, ex del Barça y del Chelsea, que llegó ayer a Londres. "En el Middlesbrough, el médico pasa dos días a la semana o tres", explica Mendieta, lesionado de ligamentos y se operado en Barcelona. "Si necesitas algo, hablas con el fisio", añade. En el Liverpool, parecido: Xabi Alonso tardó 48 horas en tener un diagnóstico de su lesión en el tobillo, que le tendrá 4 meses de baja.

No hay duda. El Chelsea, con Robben, es mucho más peligroso. Los números cantan. Con el holandés, el Chelsea gana el 84% de los partidos y sin él, el 61,11%. Cuando juega, el promedio goleador llega al 2,2; y si no sale al campo, al 1,16. "El Barça tiene un grave problema si juega, no hay quien le pare", avisa Mendieta, mientras Ferrer anuncia "sensación de peligro durante los minutos que esté en el campo".

Calvo, bajito y orondo, el dueño del pub La zorra y el faisán sirve displicente la enésima pinta del día y todavía no pasa del mediodía. Sólo frunce el ceño si le preguntas por Robben: "No creo que llegue a tiempo", gruñe junto al estadio de Stamford Bridge. Él no sabe que existe el atletismo. Su mundo se limita a las cuatro paredes de su pub, forrado de fotos de la lamentable gloria de los blues. Por eso reniega: "Es el partido más importante de nuestra vida y no tenemos en el campo a Robben". O tal vez sí. Con el Dr.English de por medio, todo es posible.

Robben, junto a Van Nistelrooy, en un partido con Holanda.
Robben, junto a Van Nistelrooy, en un partido con Holanda.ASSOCIATED PRESS

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