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Plata inesperada de Vivancos en una final con tres salidas nulas

"Tranquilos, tranquilos", gritaba Ladjl Doucouré, el nuevo campeón de Europa de los 60 metros vallas en la línea de salida, cuando las ganas por conquistar el título aún le devoraban. Hasta tres veces había intentado tomar la salida. Las tres tuvo que retroceder. Los nervios se habían apoderado de los vallistas, deseosos de disputar el título al francés. Se adelantó primero el austriaco Lichtenegger y se fue a la calle. Alineados de nuevo en la salida, le imitó el lituano Olijar, el más firme rival de Doucouré. Y, entonces, Felipe Vivancos, nervioso, pero con un punto de emoción, se frotó las manos. "Ésta es la mía", pensó. Y se preparó tanto que a punto estuvo de protagonizar la tercera salida nula de la prueba. Pero el francés Denis se le adelantó. "¡Bueno, de menuda me he librado!", dijo después que pensó. Por los pelos. Así que, a la cuarta, se lanzó por fin la prueba y Vivancos, como un rayo, corrió hasta la plata. Doucouré (7,50s), simplemente, voló. "Es de otro planeta", admitió el español.

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Un éxito que debe refrendarse

Vivancos (Ibiza, 1980) añadía así al medallero un metal con el que apenas se contaba. Por la mañana, en las semifinales, no se le había visto fino. "Yo sabía que la medalla podía caer, pero lo cierto es que, con los nervios, la cosa se me ha puesto más fácil", admitió. La conquista de la plata, su primer título importante, le había hecho olvidar el objetivo que perseguía al inicio del campeonato. Se había propuesto acabar por segunda vez con un récord de Javier Moracho, hasta ahora el mejor vallista español. En julio de 2004, en Vitoria, Vivancos creía haber dado el primer paso: tras 17 años y durante dos días, el ibicenco se sintió el nuevo plusmarquista de los 110 metros vallas. Corriendo en 13,41s, por fin, había dejado añeja la plusmarca de Moracho al aire libre. Por una centésima, le había superado. O eso creía él, porque, un par de días después, un confuso problema en la fotofinish se lo arrebató.

A eso, a una centésima, se quedó ayer de nuevo el ibicenco de igualar la marca de Moracho en pista cubierta. Corrió en 7,61s, una centésima más lento de lo que lo hizo este invierno, cuando, entonces sí, saltó las vallas a la misma velocidad que Moracho (7,60s).

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