El Levante ahoga al Mallorca

El Levante dio ayer un paso de gigante en el sálvese quien pueda en el que se ha convertido la zona baja de la clasificación, al vencer a domicilio a un Mallorca que vuelve a hundirse en los puestos de descenso.

El partido comenzó lento y sin chispa, interrumpido constantemente por faltas técnicas y lastrado por la abulia ofensiva de los contrincantes. Durante los primeros cuarenta y cinco minutos, la grada de Son Moix se entretuvo celebrando los goles del Espanyol al Albacete, rival directo en la lucha por la permanencia. Y antes del descanso, Puentes Leira añadió un punto de surrealismo a la tarde. El árbitro indicó a su asistente dos minutos de prolongación, pero acto seguido, y sin mediar explicación, cambió de opinión y decretó el final del primer tiempo. Del mismo aburrimiento, tal vez.

Fue en la segunda parte cuando los dos equipos se pusieron las pilas. El Mallorca abrió el marcador gracias a una gran jugada personal de Romeo, que debutaba como titular en el equipo. A base de regate y velocidad, el delantero argentino desbarató a la defensa levantina y cedió a Luis García, que marcó así su décimo gol en esta temporada.

Pero la reacción del Levante no se hizo esperar. A pase de Ettien, y casi sin ángulo, Sergio García empató el partido, sólo nueve minutos después del gol balear. Héctor Cúper apostó entonces por desplegar sobre el campo toda la capacidad atacante del Mallorca, con la entrada de Fernando Correa y del medio ofensivo Felipe Melo. Por su parte, el técnico del Levante, Bernd Schuster, colocó en punta al goleador Manchev, últimamente en horas bajas, y se dispuso a buscar el contragolpe.

A puerta vacía, Jofre falló estrepitosamente un gol cantado: en el último instante, el defensa balear Ramis sacó el balón bajo los palos. Pocos minutos después, y en una jugada a la contra, el propio Jofre se desquitó al lograr el gol de la remontada para el Levante, un cabezazo que sorprendió por alto a Moyà.

El Mallorca no supo reponerse de semejante bofetón anímico y entregó un partido crucial que tenía medio ganado y que puede pasar factura a final de temporada.