Whisky a 300 por hora
Ante la prohibición de la publicidad del tabaco, la fórmula 1 busca otros patrocinadores, pero sólo le ha respondido el alcohol
Cuando vuelan en Silverstone (Reino Unido), los fórmula 1 de Ferrari, por ejemplo, deben borrar Marlboro de su carrocería y Michael Schumacher usa un mono sin la pegatina de los cigarrillos norteamericanos. En Francia, la prensa está obligada a manipular las fotografías de coches y pilotos para difuminar los nombres de las marcas de tabaco. Son los efectos de las leyes antitabaco de ambos países, normas que a partir del 1 de agosto próximo se extenderán a toda la Unión Europea (UE).
El problema y el disgusto de la Federación Internacional de Automovilismo (FIA) son grandes. El presupuesto de las diez escuderías de la fórmula 1 ascendió el año pasado a más de 2.000 millones de euros. La mitad de ellas contaban con una firma tabaquera como primer patrocinador.
La FIA, que en un principio intentó atrasar la entrada en vigor de la prohibición a octubre de 2006 y que después aconsejó a las escuderías que buscaran patrocinadores alternativos igualmente poderosos -en la industria farmacéutica o alimentaria, por ejemplo-, decidió finalmente huir de la prohibición organizando más grandes premios fuera de Europa. Así, nueve de los 19 que forman el Mundial 2005 se disputarán fuera de las fronteras de la UE.
Ello no ha obstado para que las escuderías sigan buscando alternativas. Ha sido la histórica McLaren, patrocinada por marcas de cigarrillos desde 1977 -por Marlboro hasta 1997 y después por la alemana West- la primera en encontrar sustituto. A partir del GP de Turquía, el 21 de agosto, la carrocería de los coches de Juan Pablo Montoya y Kimmi Raikkonen lucirá la publicidad del whisky Johnnie Walker. Ya sólo Ferrari, Renault, BAT y Jordan seguirán siendo escuderías tabaqueras.
El alcohol es, como el tabaco, otro sector de consumo que sufre restricciones publicitarias y que intentará aprovechar el hueco del motor, como hizo el tabaco, hasta que llegue la prohibición total.
El acuerdo entre McLaren y Diageo -la compañía madre de Johnnie Walker, también propietaria de las marcas Smirnoff, J&B, Baileys, José Cuervo y Guinnes, entre otras- asciende a unos 25 millones de euros anuales. La extensión del contrato no se ha hecho pública, aunque las partes hablan de largo plazo.
"Nuestro objetivo es explorar oportunidades para enganchar y motivar a consumidores de entre 25 y 35 años, un segmento de edad fundamental tanto para nosotros como para la fórmula 1", explicó Charles Allen, director de márketing de Johnnie Walker.
Ese sector de edad, de entre 25 y 35 años, es también el que predomina en las estadísticas europeas de accidentes de tráfico en los que el alcohol ha influido y el sector de edad al que van también predominantemente dirigidas todas las campañas de las autoridades de tráfico contra el consumo de alcohol. Los anuncios con el eslogan si bebes, no conduzcas convivirán ahora en la pantalla con bólidos circulando a 300 kilómetros por hora con una marca de whisky en el capó.
"Para nosotros, el centro del debate es el de la libertad individual y el del consumo responsable", afirma Johnnie Walker en un comunicado; "y todos los años dedicaremos unos tres millones para financiar programas que tiendan al cambio de actitud del consumidor de alcohol en la conducción".
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