El tenis, también bajo sospecha

Tras el escándalo del arbitraje en el fútbol alemán, también el tenis se encuentra ahora bajo sospecha. El programa Report, de la primera cadena pública de la televisión alemana (ARD), denunció el lunes pasado la existencia en el tenis de apuestas en las que están implicados jugadores que pierden a propósito o se ponen de acuerdo sobre el resultado con sus contrincantes.

Uno de los entrevistados en el mencionado reportaje, el apostador profesional Christian Plenz, menciona precisamente como un caso de manipulación el partido que el ruso Yevgeny Kafelnikov perdió contra el español Fernando Vicente en un torneo en la ciudad francesa de Lyón en 2003.

Recoge Report el testimonio de "un deportista internacional de primera fila" que permanece en el anonimato porque "en el mundo de las apuestas se dan incluso amenazas de muerte". El testigo reconoce haber apostado por su propia derrota: "Tú sabes cuándo puedes jugar al ciento por ciento o si tienes una cita en otra parte dentro de unos días y piensas si merece la pena". Después explica que llegó a ponerse de acuerdo con su adversario para ser derrotado en tres mangas, que unos amigos apostaron por ese resultado y que "la ganancia fue de entre 5.000 y 6.000 euros".

Plenz, apostador profesional, confirma las manipulaciones y relata que se puede constatar cuándo se da un elevado volumen de pronósticos a favor de un tenista con escasas posibilidades. Como "ejemplo más extremo" cita el partido de Kafelnikov contra Vicente: "En el mercado de las apuestas la cotización a favor de Vicente subió tanto que de marginado se convirtió en favorito. Mucha gente intentó subirse al tren sobre la marcha porque pensaron que aquello estaba manipulado". Sin embargo, la mayor apuesta fue retirada cuando faltaban seis horas para el inicio del partido y nunca pudo probarse nada.

El reportaje de la ARD recoge una declaración del ex profesional croata Nikola Pilic en la que confirma que la Asociación de Tenis Profesional (ATP) se desprendió de algunos de sus empleados por la sospecha de estar involucrados en el amaño de partidos. Para evitar futuras sospechas, la ATP estableció a partir de 2003 una dura normativa según la cual si un jugador es descubierto en un delito por apuestas será multado con 100.000 dólares y suspendido por tres años.