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Coalición Canaria rompe con el ex presidente Román Rodríguez

El actual diputado en el Congreso anuncia una nueva formación

Ninguno de los dos sectores de Coalición Canaria (CC), el oficial que lidera Paulino Rivero y el crítico, con el ex presidente canario Román Rodríguez al frente, quiere aparecer como el que ha roto ese proyecto político en Gran Canaria. Lo cierto es que CC creó el sábado una gestora que desmantela la dirección nacionalista en la isla, mientras los críticos anuncian que crearán un nuevo partido el próximo sábado para combatir la "relación obscena entre el poder político y económico" que, según Rodríguez, se ha instalado en la política canaria.

Durante varios años había amagado con romper el pacto que les unía al PP

El 15 de febrero de 2003 se gestaron las dos ramas en la formación, que decidieron separarse definitivamente hace dos días. Antes del verano, el sector oficial habrá concluido un congreso de refundación, definido por ellos mismos como "histórico", mientras Rodríguez habrá creado la estructura y presentación pública de su nuevo proyecto político nacionalista.

La noche del 14 de febrero de 2003, Coalición Canaria ofrece a Rodríguez, entonces presidente del Gobierno autónomo, la Vicepresidencia y la Consejería de Economía y Hacienda si los nacionalistas ganan las elecciones que se celebraban en el mes de mayo. Su puesto al frente del Ejecutivo será ocupado por su vicepresidente, Adán Martín Menis.

Durante los cuatro años anteriores, Rodríguez había amagado en varias ocasiones con romper el pacto que los unía al PP desde hacía 10 años y crear una alianza de centro izquierda con los socialistas canarios, en contra de la opinión de los nacionalistas de Tenerife, La Palma y El Hierro. Desde ese momento, su silla comenzó a moverse.

Siguió dando bandazos cuando aprobó las directrices de ordenación y turismo, que decretaron un parón al crecimiento turístico incontrolado.

La campaña electoral de ese año ya escenificó las discrepancias entre oficialistas y críticos. Al sentirse traicionado, el sector oficial de la formación incumplió su promesa y ofreció a Rodríguez múltiples departamentos del Gobierno, pero no lo que había firmado dos meses antes. Éste decidió no formar parte del Gobierno actual, presentarse a las generales y obtener un escaño en el Congreso. Hoy es presidente de la Comisión de Medio Ambiente.

El sábado, Rodríguez no asistió a la ceremonia de su expulsión. El Consejo Político Nacional de Coalición Canaria acordó la creación de una gestora que cercena a toda la cúpula directiva de los nacionalistas en Gran Canaria y abre la puerta de salida al ex presidente, a líderes históricos del nacionalismo grancanario y a casi el 80% de la militancia nacionalista en esa isla.

"Se trataba de una poda necesaria para que el proyecto pudiera regenerarse con más fuerza", aseguró el presidente de CC, Paulino Rivero. "Es la última escenificación de que el poder está por encima de los intereses generales de los canarios; lo ocurrido ayer [por el sábado] recuerda al proceder de los partidos únicos en el Este europeo", respondió Román Rodríguez.

Ambas partes aseguran que la ruptura no desmembrará los grupos de Coalición Canaria en el Congreso y el Senado, si se accede a repartir con el expulsado el tiempo de intervención en los debates y los recursos asignados, al estilo de lo que ocurre en Izquierda Unida con sus fuerzas en Cataluña y País Vasco. Román Rodríguez es, tras Lorenzo Olarte, el segundo presidente nacionalista que abandona Coalición Canaria. El actual diputado, de 48 años, llegó la política de la mano de la Unión Nacionalista de Izquierdas (UNI). En 1991, esta formación confluye en Iniciativa Canaria (Ican) con otros cuatro movimientos de la izquierda. Dos años después, Ican aprueba su integración en Coalición Canaria.

Rodríguez denuncia la "upenización" [en referencia a las siglas populares en navarras, UPN] de los nacionalistas en Gran Canaria, donde augura a CC un papel secundario y de sometimiento voluntario a la hegemonía del PP de José Manuel Soria y Pepa Luzardo.

A pesar de reconocer que los primeros 10 años de nacionalismo al frente del Gobierno de Canarias "aportaron la comprensión de nuestras singularidades y notables avances en fiscalidad, educación, sanidad e infraestructuras", Rodríguez denuncia una nueva etapa dominada por una "relación obscena entre el poder político y económico y una nueva visión desarrollista de las islas", que él no comparte frente a una visión más social que defenderá desde el nuevo proyecto político que presentará el próximo sábado.

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