La cacharrería del AVE
Como elefante en cacharrería. Así atraviesa el AVE l'Horta. El gigante viene anunciando, con su avanzadilla de camiones y excavadoras, lo que será su música y su estilo. Pero su alboroto no es sólo su música. Mientras la cicatriz va tomando forma y van emergiendo nuevos puentes y taludes, se ejerce la socialmente discutible práctica de la ley del más fuerte.
Apáñatelas como puedas. Se avisa precipitadamente del corte de la carretera a la escuela; se anuncia que será para cuatro días (ya llevamos dos semanas); se revienta la conducción del agua (se restablece unas horas más tarde). Y ante la precariedad del acceso accidental, los padres y madres nos preguntamos: si la escuela no hubiera tenido un camino, malo, pero alternativo, ¿hasta cuándo se impediría la escolarización de sus niños y jóvenes? Vale, tenemos cole. Aunque nos preocupa que los autobuses escolares se muevan dificultosamente entre los caminos rurales y las acequias. ¿Habrá alguien de la empresa que ejecuta las obras que se ocupe de los daños colaterales? ¿Entrará en su presupuesto? ¿Habrán pensado en los peligros que generan sus actuaciones? ¿Por qué no se acondicionan los accesos antes de ejecutar ciertas obras? ¿Existirá alguien en la Administración que vele por la seguridad de la comunidad escolar? Quisiéramos tener esa certeza. Hay demasiados precedentes de signo contrario.
