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Israel suspende la demolición de las casas de activistas palestinos

Israel no destruirá las casas de los activistas palestinos o de sus familiares, como había venido haciendo hasta ahora a modo de castigo. El Ministerio de Defensa israelí adoptó ayer esta decisión después de haber estudiado un informe del propio Ejército en el que se asegura que las demoliciones de casas, aunque es una práctica legal, resulta contraproducente, ya que ha servido para deteriorar la imagen de Israel en la comunidad internacional.

El Ejército de Israel, desde el inicio de la Intifada hasta el pasado noviembre, destruyó un total de 628 casas en Cisjordania y Gaza como represalia por las actividades llevadas a cabo por alguno de sus moradores, lo que supuso dejar sin abrigo a un total de 3.983 personas, según un estudio realizado por la organización israelí de defensa de derechos humanos Betselem. Según este informe, el 47% de las casas derribadas lo fueron accidentalmente o por error, ya que en estas viviendas no vivió nunca ningún activista ni ninguno de sus familiares. Según esta agencia humanitaria, esta práctica, aunque legal en Israel, es constitutiva de un crimen de guerra.

Escarmiento

La destrucción de casas para escarmiento es, sin embargo, mínima con respecto a otros tipos de demoliciones, como las realizadas por razones defensivas o por falta de licencias de obras, una práctica habitual utilizada por el Ayuntamiento de Jerusalén en el este de la ciudad para tratar de minimizar el impacto árabe en la capital. En 2004 sólo en Jerusalén Este se destruyeron 747 casas por supuestas razones urbanísticas, mientras que en Gaza, alegando argumentos militares, se han derribado en los últimos cuatro años más de 3.000 viviendas, según la agencia de la ONU para los refugiados.

Por otra parte, el Consejo de Rabinos de los asentamientos de Gush Katif, en la franja de Gaza, han reaccionado con dureza ante la ley aprobada por el Parlamento israelí que permite al Gobierno destruir sus casas y devolver el territorio a los palestinos. Aseguran en un comunicado que "no es admisible votar una ley que permita ceder a los peores enemigos de Israel una parte de nuestra tierra santa, herencia de nuestros padres, que nos fue legada para siempre por el Señor del mundo". Asimismo exhortan a los 8.000 colonos de la franja de Gaza a "permanecer firmes como una muralla" oponiéndose al desalojo de sus casas.

El llamamiento de los rabinos ha coincidido con una campaña de amenazas anónimas contra miembros del Gobierno y contra el primer ministro, Ariel Sharon. Ayer, en Jerusalén aparecieron pintadas en las paredes de la ciudad en las que se leía: "Sharon, un coche con 300 kilos de explosivo te está esperando", en alusión al asesinato del ex primer ministro libanés Rafik Hariri. En otra pintada se decía: "Rabin te está esperando", mientras que en una tercera se aseguraba: "Sharon, Hitler estaría orgulloso de ti".

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