Ángela Molina y su hija Olivia debutan juntas en el escenario
Ambas estrenan con Juan Díaz la versión teatral de 'El graduado'
El graduado fue un revulsivo social en los sesenta a raíz de la película de Mike Nichols. Hace cinco años, el dramaturgo Terry Johnson hizo una versión teatral que desde entonces triunfa en numerosos países. Ahora llega a España (a partir del día 24, en el teatro Coliseum de Madrid) con dirección de Andrés Lima y con el atractivo de ver el debú teatral en Madrid de Ángela Molina, su hija Olivia y Juan Díaz al frente del reparto.
La obra de Terry Johnson (que ha sido traducida al español para esta producción de Stage Hokding por Juan Cavestany) parte, al igual que la película, de la novela que Charles Webb escribió en 1962, cuando tenía 23 años y estaba sensibilizado con los problemas que aquejan al protagonista, un joven recién graduado que no sabe qué hacer con su vida pero que sí tiene claro que quiere rebelarse contra una sociedad que le parece hipócrita. Para ello toma como bandera, entre otras cosas, una liberación sexual que pasa por seducir y dejarse seducir por una mujer madura y su hija.
El trío formado por Dustin Hoffman, Anne Bancroft y Katharine Ross fue decisivo para el éxito de la versión cinematográfica, pero también supone un referente de excesivo peso para los actores que ahora van a protagonizar esta historia. "Da mucho miedo y me veo como una inconsciente", dice Ángela Molina. "Produce una gran ansiedad, pero mi personaje es un bombón y estoy muy feliz", comenta Juan Díaz, quien reconoce en sí mismo un lado perverso y, al mismo tiempo, una cierta inocencia. Debe ser la que saca a escena, para que no le pase como a Robert Redford, que fue rechazado para interpretar a Benjamin porque los productores no creían que pudiera pasar como un joven inocente. Olivia, por su parte, afirma que ella tiene "miedo... y ansiedad y excitación, y de todo". Lo que les da menos miedo son los referentes teatrales, que pasan por actrices como Kathleen Turner, Jerry Hall, Lorraine Bracco, Anne Archer o Nacha Guevara. Como ellas, Ángela Molina se desnuda en escena, discretamente y de espaldas.
El único que parece tranquilo es Andrés Lima, que dice que cuenta con un equipo tan sólido que se siente muy seguro del resultado. Lima es uno de los jóvenes valores del teatro español que ha surgido del teatro alternativo e independiente, donde sigue implicado con la compañía Animalario. "Voy muy tranquilo", dice, "y eso que nos hemos alejado de la producción anglosajona, hemos hecho algo muy nuestro, diferente, con personalidad propia", señala Lima de su puesta en escena, de la que dice que es extrema: "Hay más comedia y más tragedia".
El director ha contado, como en la película, con música de Simon & Garfunkel, aunque ha añadido temas de Frank Sinatra y Dean Martin, además de hacer canturrear algo a Ángela Molina: "Pero como se supone que en ese momento estoy borracha, lo hago mal", dice la actriz. La escenografía y el vestuario es de Rob Howell, aunque la ropa de Ángela Molina en el escenario ha sido diseñada para ella por Roberto Verino.
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