Chaves rechaza en el Parlamento que las reformas estatutarias fuercen cambios en la financiación

El debate en el Parlamento de una iniciativa de rechazo al Plan Ibarretxe que se consideraba ya caducado trajo ayer una sorpresa. Por primera vez en 15 años, el presidente de la Junta, Manuel Chaves, intervino en la discusión de una proposición no de ley para dejar claras dos cosas: su rechazo a que la reforma de cualquier estatuto de autonomía implique la modificación del sistema de financiación autonómica, como sugiere la Generalitad de Cataluña, y también a que desde los estatutos se altere el principio de caja única de la Seguridad Social, pretensión recogida en el plan Ibarretxe.

La irrupción de Chaves en el debate dejó a los grupos descolocados. Tras unas larga polémica, los partidos habían llegado a un acuerdo para presentar una iniciativa conjunta de rechazo al Plan Ibarretxe, que se quedó inmediatamente antigua al coincidir prácticamente con la discusión del proyecto soberanista en el Congreso. Según fuentes del PSOE, el presidente de la Junta tenía prevista su participación en el pleno de ayer desde hace más de una semana, aunque no lo avisó, para rebatir con una posición clara las reiteradas críticas de ambigüedad formuladas por el PP.

Además del no al Plan Ibarretxe, Chaves se desmarcó del PSC al rechazar tajantemente la pretensión de que las reformas de los estatutos de autonomía puedan "fijar" posiciones que impliquen la modificación del sistema de financiación autonómica o introducir "criterios" que condicionen la financiación del conjunto de las comunidades. También se opuso a tocar el artículo 2 de la Constitución, salvo para introducir la estricta denominación de las comunidades autónomas, y a que las reformas estatutarias puedan servir para establecer "a priori" cambios en la Constitución.

En relación con las aspiraciones vascas dejó claro que no admite "cualquier medida que pueda incluir en un estatuto que afecte a la cohesión social o cuestión la caja única de la Seguridad Social".

Chaves resumió en estos cuatro puntos los principios para abordar las reformas estatutarias que, a su juicio, se refleja en la máxima de que ninguna comunidad reclame para sí lo que no quiera que tenga las demás, ya que todas deben tener las mismas oportunidades, así como que resulta "inimaginable una vuelta atrás para crear dos niveles de autonomías". "Si antes fuimos el muro de contención frente a la desigualdad, ahora debemos cuidar bien el estado de los cimientos", dijo.

Se refirió a la reforma andaluza para defender que ésta debe hacerse al ritmo que marque el Parlamento, sin tener en cuenta a otras comunidades, al tiempo que animó a los grupos a tener listo un primer borrador en junio. Como principal novedad, propuso incorporar al Estatuto que la organización judicial en la comunidad culmine en el Tribunal Superior de Justicia (TSJA) "y que éste sea el que conozca todos los recursos contra las resoluciones judiciales de Andalucía, sin perjuicio de los recursos de casación ante el Tribunal Supremo para definir la doctrina".

Los portavoces dedicaron buena parte de sus intervenciones a comentar las propuestas de Chaves, más que el Plan Ibarretxe. El popular Antonio Sanz sugirió que la sorpresiva participación del socialista había sido planeada para tapar el debate de la sesión de control "sobre el pensionazo y su fascinación por Fidel Castro". En opinión de Sanz, en el PSOE no existe una posición común sobre el modelo territorial, por lo que hay un riesgo cierto de que el tripartito catalán se salga con la suya. Los portavoces de PA, José Calvo, e IU, Antonio Romero, también hablaron de su proyecto de Estatuto para Andalucía y la polémica territorial, mientras que el socialista, Manuel Gracia, subrayó las palabras de Chaves.

El texto común de rechazo al Plan Ibarretxe aprobado ayer lo califica de "excluyente" y exige que no "se permita cualquier discriminación de Andalucía derivada de los privilegios políticos y económicos de unos territorios sobre otros".