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Crítica:CANCIÓN
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Camino por recorrer

Cuando un artista agota las entradas varios días antes de ofrecer su concierto, ante una gran audiencia, cabe esperar entrega total por parte del público, que se supone acude rendido de antemano. Con David DeMaría, que había colgado el "no hay billetes" hace días, sucedió lo inexplicable: se vio a la gente paradita, aunque mostrara cara de felicidad y se supiera de memoria las canciones. Eso, a pesar de que la banda y el mismo DeMaría hacían esfuerzos por dar ánimo a las rumbitas y a las baladas que ha compuesto este gaditano al que el recinto le venía grande.

No era un público adolescente, de general animoso y apasionado, el que abarrotaba la sala. Se veían muchas parejas de novios que en muy pocos casos exteriorizaron su alegría por ver la primera actuación del artista en una sala grande en Madrid, tras haber dejado los teatros y los garitos del circuito de cantautores. Pero si se ha salido de ahí, como en un momento se jactó cuando invitó al escenario a cantar a la alicantina Esmeralda Grao la canción Cada vez que estoy sin ti, se ha de crecer también en lo demás. O a la banda le faltaba rodaje, o era limitada en sí misma. No funcionaba con soltura o, al menos, no transmitía swing.

David DeMaría

Javier Fajardo (teclados y dirección musical); Manuel Jesús Gil, Nene, (batería); Víctor Rosa (guitarra flamenca); Juan Pedro Rosado (bajo); José Luis Fernández, Manteka (percusión); José Arjona (guitarras) y Susana del Río (coros). La Riviera,Madrid, 3 de febrero.

Pero la intervención de la Grao fue paradigmática. El enorme vozarrón y presencia escénica de la cantante se merendó al que se supone que era el protagonista de la noche. DeMaría va de baladista romántico, pero también vende esas rumbas propias de su origen andaluz que en directo sólo lograron algún tímido meneo de cadera. Cierto que maneja un repertorio solvente compuesto por él, pero por lo visto la otra noche aún no sabe cómo lograr que su público se emocione. Cualesquiera que sean las esperanzas que David DeMaría ha generado entre su entorno y cierto tipo de público, habrá que convenir que aún le falta un largo camino para colmarlas.

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