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Crónica:BALONMANO | Semifinales del Campeonato del Mundo
Crónica
Texto informativo con interpretación

Túnez y 12.000 voces encendidas

El rival de España nunca había subido del décimo puesto, pero ahora es el único invicto

De las cuatro selecciones que hoy disputarán las semifinales del Campeonato del Mundo de balonmano sólo una es nueva en relación con el de Portugal 2003. Francia se enfrentó en él a Alemania y España a Croacia. Alemania se ha quedado ahora en el camino y ha dado paso a un invitado inesperado, Túnez, el rival de España. Cualquier apuesta antes del torneo no habría incluido al equipo anfitrión. No contaba para nada. Nunca había subido del décimo puesto, en Francia 2001. Y en Portugal fue 14º.

Sin embargo, este Mundial se juega en Túnez y todo el país se ha volcado de forma espectacular en apoyo de su equipo. Aunque no se trata del deporte más importante en él, ya que el fútbol acapara la mayor atención, lo cierto es que, cuando logró clasificarse, la capital, abierta a la cultura occidental, se convirtió en un bullicio. Miles de personas salieron a la calle por la noche, colapsando las avenidas principales, tocando las bocinas de sus coches y enarbolando banderas. Todos los diarios abrieron sus ediciones de ayer con grandes titulares dedicados a sus héroes. "Estamos haciendo historia", decía La Presse de Tunisie. Y cualquier taxista, barman o camarero hacía comentarios acerca de la proeza que acababan de conseguir sus representantes.

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Así que nadie duda de que el pabellón Siete de Noviembre de Radès se llenará con más de 12.000 espectadores que ejercerán una presión insoportable tanto sobre los árbitros como sobre la selección española. "Cuando juegan los suyos, se transforman", asegura Albert Rocas, el extremo derecho del conjunto de Juan Carlos Pastor. "Contra Rusia iban como cohetes, a comerse el mundo. Está claro que tienen un plus de motivación. Y frente a nosotros eso se repetirá. Es el equipo de casa y, gracias a la presión ambiental, obtienen pequeños favores arbitrales que les ayudan a imponerse. Pero nosotros debemos ir a lo nuestro, a jugar con seriedad, planteándonos un partido durísimo y sabiendo que los árbitros no nos van a regalar nada".

No es sólo eso. El público será un factor fundamental. Pero Túnez ha encontrado en la figura de Sead Hassenefendic, ex entrenador del Granollers y de la selección de Suiza, al hombre capaz de encauzar todo el potencial de unos jugadores desperdigados por una Liga poca competitiva como la de este país o por la Liga francesa. Túnez tiene ahora un esquema y sus jugadores han asumido que van a marcar la historia. "Su lateral izquierdo, Wissem Hmam [lleva 61 goles en todo el campeonato], tiene un disparo demoledor", afirma Pastor. En su siete base se incluyen además el central Megannem, que juega en Francia; el lateral derecho Bousnina, los extremos Madi y Seboui y el pivote Tej, que adquiere una gran importancia en la defensa porque actúa adelantado.

Túnez suele defenderse con un 5-1, saliendo hasta los 12 metros para presionar a los laterales. "Pueden llegar a una defensa al hombre, en superioridad", dice Pastor; "su juego es a veces anárquico y corremos el riesgo de contagiarnos. La cuestión es no perder nuestra identidad".

Tal vez no es una gran selección. Pero la de Túnez es la única que ha llegado a las semifinales invicta. Y ese detalle ya habla por sí sólo sobre las condiciones en las que deberá jugar España para poder alcanzar su primera medalla mundialista.

Hmam vibra tras un gol.
Hmam vibra tras un gol.ASSOCIATED PRESS

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