Serenidad, señores del PP
La triste iniciativa por parte del PP de convocar una manifestación a favor de las víctimas del terrorismo con el único fin de agredir, insultar, abuchear y escupir a los líderes socialistas que hicieron acto de presencia sólo se le puede ocurrir a mentes políticamente decadentes o simplemente desesperadas. Resulta evidente que siguen sin asumir la derrota. Sólo aquellos que carecen de argumentos democráticos serían tan ruines de utilizar a personas con enormes heridas en sus corazones para atacar a sus adversarios políticos.
Atónitos ante semejante falta de principios, nos preguntamos de qué pretenden culpar ahora al ministro Bono, a Peces Barba y a la señora Manjón. La ira contenida de los "aguerridos militantes" del PP se hinchaba al tiempo que constataban la ausencia del ilustre rector Peces Barba entre los asistentes. Cuánto habrían disfrutado persiguiéndolo con los palos de sus "banderas al viento".
Vimos sus vestimentas, sus caras, oímos sus gritos y sus insultos... eran los mismos que a las puertas del Parlamento humillaron a las víctimas del 11-M con sus alaridos. ¡Cuánta hipocresía y falsedad! ¿Cuáles son los perversos mecanismos que usan los líderes del PP para concluir que hay víctimas buenas y malas? ¿De veras creen los señores Acebes, Aguirre y Zaplana que las víctimas del terrorismo pueden ser de primera y segunda categoría?
¡Serénense señores! La democracia es así: tan legítimo es gobernar como hacer oposición, pero ambas posturas han de tener como meta objetivos constructivos y basados en la ética y la dignidad.
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