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La Fundación Fran Daurel se adentra en la pasión por la madera de Lucio Muñoz

El pintor Lucio Muñoz (Madrid, 1929-1998) consideraba que la madera era tan expresiva como las palabras. Su pasión por este material queda bien glosada en la retrospectiva Lucio Muñoz. Madera de fondo, que la Fundación Fran Daurel, del Poble Espanyol, acoge hasta el próximo 3 de abril. "Quería conseguir que en sus cuadros hubiera tanta verdad como en un bosque o en el mar. Deseaba que fueran trozos de naturaleza viva", explicó ayer en la presentación de la exposición su hijo Rodrigo Muñoz Avia, quien también ha ejercido de comisario.

La exposición reúne una treintena de obras que van desde sus inicios figurativos hasta la adopción definitiva del lenguaje abstracto. El viaje que Lucio Muñoz realizó a París en 1955 tuvo una influencia decisiva en esta conversión. Allí descubrió el informalismo, corriente creativa que adoptaría a partir de entonces.

Su romance con la madera empezó dos años después. "No le gustaba el lienzo porque no le aportaba la intensidad que buscaba", apuntó Muñoz Avia. "Mi padre pertenecía a la generación de los cincuenta. Tras el pozo creativo de la guerra y la posguerra, se vivió en España una eclosión de artistas que entraron de lleno en el terreno de la abstracción, aunque existían precedentes como Tàpies".

A pesar de las coincidencias estéticas y de la íntima amistad con muchos de sus integrantes, Lucio Muñoz no formó parte del grupo El Paso, fundado por Manolo Millares y Antonio Saura. Siempre prefirió ir por libre, pero el lenguaje era el mismo. "Esta generación estaba muy arraigada en la tradición austera del arte español, sin dejar de lado las últimas tendencias del arte contemporáneo que se estaba haciendo en el resto del mundo", dijo el comisario, y añadió: "El arte de Lucio Muñoz lo podríamos etiquetar como abstracción naturalista. Aunque utilice un lenguaje abstracto, siempre hay en sus cuadros toques de paisajismo. Es la historia de un idilio con la madera, material al que le debe todo". Fue tanta la rendición de Muñoz frente a la belleza de la madera que apenas daba alguna pincelada a sus últimas obras, puras y elegantísimas. "Quería que la materia hablase su propio lenguaje".

La retrospectiva Lucio Muñoz. Madera de fondo, organizada por el Ministerio de Asuntos Exteriores, llega a Barcelona tras pasar por Italia, Grecia y Austria. Acabada esta exposición, ya en verano, la Fundación Fran Daurel dedicará una exhibición similar a Apel·les Fenosa.

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