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Reportaje:

La ciudad de Las Flores

La Junta inaugura en El Salvador el mayor proyecto integral de cooperación en Centroamérica

Lourdes Lucio

Pido de antemano disculpas a los lectores por la nada original comparación, pero la llegada del presidente de la Junta al asentamiento Las Flores de Andalucía fue una réplica muy notable de Bienvenido mister Mashall. La diferencia con la película de Berlanga es que los visitantes llegaron en helicóptero y que, en esta ocasión, no pasaron de largo ni provocaron frustración. Por lo demás fue casi idéntico: bandas de música, pasodobles, himnos y decenas de banderas salvadoreñas y españolas y carteles en la escuela Antonio Machado sin lenguaje sexista: "Bienvenidos/as".

En su primera jornada en El Salvador, Manuel Chaves, acompañado por el presidente de la República, Elías Antonio Saca, inauguró el mayor proyecto de cooperación integral de Andalucía en Centroamérica. Las Flores de Andalucía es un pequeño pueblo construido exclusivamente con fondos andaluces (seis millones de euros) tras el huracán Mitch, que dejó un reguero de 15.000 muertos en Centroamérica en 1998.

El asentamiento tiene 278 viviendas, un colegio, un dispensario médico, un centro comunal, una plaza pública y un campo de fútbol, construido en apenas dos años por GEA 21 (Grupo Empresarial Andaluz). Las asfaltadas calles del pueblo llevan el nombre de las provincias andaluzas y desde hace ocho meses viven allí unas 1.500 personas. Son gente que se quedó sin sus champas (chabolas) tras el paso del huracán y las fuertes lluvias que siguieron después del Mitch y que vive de la pesca y de la agricultura en el municipio de Chirilagua, a 176 kilómetros de San Salvador.

"Vivíamos en casas provisionales de láminas (chapas) y creíamos que las casas iban a ser pequeñas pero son bien grandes", afirma Carolina Castilla, de 20 años, que comparte vivienda con otros cuatro familiares. Cada familia dispone de 200 metros cuadrado de terreno -adquiridos por el Gobierno salvadoreño a una terrateniente local a la que llaman doña Conchita- que se divide en una casa de unos 40 metros cuadrados y un patio trasero, donde algunas familias guardan animales, otros madera o construyen modestas ampliaciones.

Una de las cosas que más llaman la atención es que la escritura de propiedad de las viviendas está a nombre de las mujeres, que son las que ejercen de cabeza de familia ya que el salvadoreño suele ser un hombre familiarmente irresponsable y cambia con frecuencia de pareja. "Yo ya no estoy con el padre de mis hijos y por eso la casa está a mi nombre", explica Liliana Sulma, de 32 años y madre de cuatro hijos. Para evitar el fraude, las casas no se pueden vender hasta que todos los hijos hayan cumplido la mayoría de edad. Sulma, que da un fuerte abrazo de agradecimiento a los visitantes, es quizás de las que menos partos han tenido. Otra mujer comparte casa con 11 menores: "Vivimos muy juntitos, pero muy a gusto".

El proyecto de Flores de Andalucía es obra del arquitecto sevillano Enrique Abascal y es la envidia de otros proyectos de cooperación. Las casas están construidas con fábricas de bloques, losa de hormigón y estructuras metálicas para hacer frente a los seísmos, se distribuyen en dos niveles y tienen dos dormitorios, una pequeña cocina, un aseo y una sala de estar. Algunas agencias internacionales dice que son "demasiado bonitas", comenta con un punto de indignación María Ángeles Torá, la aparejadora que ha breado durante cuatros años con el papeleo, la compra de material y la ejecución del asentamiento. "Los cooperantes alemanes nos decían que por qué no poníamos letrinas en vez de aseo. ¿Es que a ellos les gustaría que su casa tuviera letrina?", replica. Torá es murciana y sólo por su insistencia y un contacto en la Consejería de Obras Públicas cuando la dirigía Francisco Vallejo hizo posible que GEA 21 la contratase. "Desde siempre he querido ir a cualquier sitio a ayudar a poner ladrillos, pero no me quería ni la Iglesia católica", cuenta la aparejadora.

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Abascal afirma que la intención de la Junta de Andalucía era "hacer ciudad", por lo que Flores cuenta con saneamiento de aguas residuales, servicio telefónico, red eléctrica y arbolado. Este proyecto se completa con la construcción de una nueva lonja pesquera, en el que también han participado la Agencia Española de Cooperación y la Xunta de Galicia y al que Andalucía ha destinado 250.000 euros. Una cascada de ayuda que continuará este año con la ordenación de la playa El Cuco, también en Chirilagua en el océano Pacífico.

"Las únicas palabras que tengo para Andalucía son muchas gracias", afirmó el presidente de la República, durante la visita. Chaves justificó con estas palabras la cooperación andaluza: "Hemos recibido mucha solidaridad de fuera de Andalucía y queremos devolverla porque estamos en condiciones de ayudar a resolver problemas".

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