Jim Capaldi, músico británico

Jim Capaldi, baterista del grupo Traffic, cantante solista y reconocido compositor, falleció el viernes 28 de enero en un hospital de Londres, víctima de un fulminante cáncer de estómago. El pasado año, Capaldi se comprometió con el plan de resucitar Traffic, un proyecto que se interrumpió ante los primeros síntomas de su enfermedad.
Nicola James Capaldi nació el 2 de agosto de 1944 en Evesham (Worcestershire), descendiente de una familia de origen italiano muy vinculada al mundo del espectáculo. Precoz músico de conjuntos, Capaldi trabajó con los Hellions y Deep Fee-ling, donde compartió escenario con Dave Mason. Capaldi, Mason y el multiinstrumentista Chris Wood saltaron a la primera división en 1967, al formar Traffic con un jovencísimo Stevie Winwood, que había pasmado al mundo musical cantando y tocando órgano con el Spencer Davis Group.
Traffic fue un grupo peculiar. Perfiló su oferta en un chalet perdido, donde los cuatro vivieron unos meses como comuna, aunque ellos prefirieron minimizar aquella etapa: "Más que hippies, éramos como Guillermo y los Proscritos".
Inicialmente atraídos por la psicodelia, los músicos pronto chocaron estética y temperamentalmente, iniciando una enrevesada historia de fugas, reconciliaciones y cambios de rumbo. Mientras Mason iniciaba una fructífera carrera en Estados Unidos, Capaldi y Wood se mostraron abiertos a resucitar Traffic, con un Winwood que volvió escaldado del supergrupo Blind Faith.
En los setenta, Capaldi amplió sus aportaciones a Traffic como cantante -la plaza de baterista fue cubierta sucesivamente por Jim Gordon y Roger Hawkins- y letrista: el desdichado invierno que pasaron en Marruecos trabajando en una banda sonora sirvió de inspiración para numerosas composiciones.
En 1972, comenzó a dar salida a su cancionero privado mediante Oh how we danced, el primero de 15 discos en solitario.A pesar de su aspecto intimidante, Jim Capaldi era un personaje sensible tanto dentro como fuera del escenario. Tras las giras al frente de los Contenders, su banda de respaldo, supo canalizar su creatividad hacia la creación de canciones para otros artistas, principalmente estadounidenses: así, firmaba como coautor de Love will keep us alive, de The Eagles. La paradoja es que el mayor éxito bajo su nombre fue una versión de Love hurts, el tema de los Everly Brothers.
Fiel a sus amigos, se apuntó a la reaparición de Traffic en 1994, subordinado al estilo de Stevie Winwood, ya sin la chispa exploratoria de otros tiempos. Capaldi sirvió también como canal de comunicación entre Winwood y Mason, que son menos que amigos: los tres supervivientes -Chris Wood, saxofonista y flautista, había muerto en 1983- volvieron a actuar en un local neoyorquino a finales de los noventa. Igualmente, participó en 2002 en Concert for George, la emotiva despedida de los músicos de la década de los sesenta a George Harrison.
Capaldi ejerció discretamente funciones humanitarias: casado con una brasileña, tenía casa en Río de Janeiro, donde ayudaba a los niños de la calle. Su mujer y sus dos hijas le acompañaron durante sus últimos días.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Sobre la firma
