El portero menospreciado
El Levante ficha a Cavallero pese a la oposición de Schuster
Pablo Cavallero (Lomas de Zamora, Argentina; 1974) llegó ayer a Valencia casi de puntillas, sin hacer ruido. Su fichaje por el Levante apenas ha levantado expectación entre los aficionados, algo raro teniendo en cuenta que se produce en el mercado de invierno, cuando los clubes tratan de reactivar con nuevos refuerzos la ilusión de sus hinchas. Pero la contratación de Cavallero está envuelta en polémica. Y todo porque el técnico levantinista, Bernd Schuster, cuestionó la pasada semana la valía del ya ex guardameta del Celta.
"Poco nos ayudará un portero que lleva sin jugar medio año y descendió a Segunda División la pasada campaña", afirmó Schuster, quien no hizo otra cosa que atizar el enfrentamiento que mantiene con el presidente y dueño del Levante, Pedro Villarroel. Éste aseguró un día antes de que el preparador alemán discutiera la conveniencia del fichaje que fue el mismo Schuster quien le pidió reforzar la portería. "De eso, nada", respondió el técnico; "debe haber un malentendido". La llegada de Cavallero supone que el Levante le diera ayer la baja al central extremeño Félix, que deja el fútbol tras 16 años en activo.
Lo normal es que a un portero del prestigio de Cavallero, internacional y trofeo Zamora el curso 2002-2003, le supieran a cuerno quemado las manifestaciones de Schuster, que no se cortó un pelo: "No creo que mejore lo que tenemos". Cavallero eludió responder ayer a su nuevo entrenador: "Sólo quiero devolver la confianza que el Levante ha depositado en mí".
El flamante portero granota tocó la gloria hace dos temporadas. Entonces, finalizó la temporada como el menos goleado de la Liga: apenas encajó 27 tantos, estadística que contribuyó a la clasificación del Celta para la Liga de Campeones. Varios clubes ingleses, como el Arsenal o el Manchester United, pretendieron su fichaje. Sin embargo, el meta continuó en Vigo a razón de 300.000 euros por campaña. Por entonces, ya era célebre en España su táctica para descentrar a los lanzadores de penaltis rivales: "Míster", les decía; "yo me voy a tirar a la izquierda, usted haga lo que quiera". Especialistas como Baraja, del Valencia, dos veces en el mismo partido, o el ex barcelonista Rivaldo, cayeron en la trampa.
Pero Cavallero se precipitó al vacío junto al resto de sus compañeros la pasada temporada: recibió nada menos que 53 goles en los 32 encuentros que disputó. Un desastre. Fue quien mejor simbolizó la imprevista bajada a los infiernos del Celta.
La pésima campaña del Celta tiró por tierra el prestigio de Cavallero, que hasta el descenso gozaba de una reputación envidiable. Sólo el técnico Miguel Ángel Lotina se atrevió a discutir en el debut del equipo vigués en la Champions la categoría del internacional argentino. Le relegó a la suplencia ante el Brujas como castigo por una cuantas cantadas que mancharon su casi inmaculada tarjeta. Jugó Pinto. Pero aquel desaire de Lotina fue una señal prematura de lo que se avecinaba.
Relegado al ostracismo esta temporada, en la que sólo ha disputado un partido oficial, Cavallero ha firmado hasta que concluya el curso por el Levante, que se ha reservado una opción de compra en caso de que el meta juegue ocho partidos. No lo tiene fácil Cavallero. Primero tendrá que convencer a Schuster. Y después convivir con el portero titular Mora, con quien ya coincidió en el Espanyol, y a quien ya arrebató la titularidad.
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